Dayana salió de la habitación con una hermosa sonrisa adornando sus labios, era el día en el cual podría tener una conversación con la omega y también porque era su cumpleaños. No le dijo nada a Thiago, porque no pensó que fuera algo importante que le contará a todo el mundo. Desde que tenía uso de la razón, sus cumpleaños dejaron de tener sentido para ella. — Hola, lamento pedirte que me acompañes a caminar un rato —puso sus manos detrás de su espalda—. Es que tengo muchas preguntas que hacerte. — No es nada —señaló la puerta—. Vamos al jardín, por favor. — Sí, por supuesto —salió primero que ella—. ¿Cómo es que llegaste a manos del rey? — Fui vendida como mercancía barata hace unos meses — reveló la otra con pensar—. No es la mejor sensación de todas, pero es con lo que tengo que viv