E R I C K El tiempo se fue en solo charlar de negocios, después de que note que tomara algo de confianza y hablaba de más entre algunos tragos, era mi oportunidad para sacarle información de su vida personal. Pero cuando estaba por hacer la pregunta, mi amigo se adelantó y habló. — Bueno, y ya que andamos algo entrados con unas copas de más, la verdad lo que menos quiero ahora es saber más de trabajo. Porque no mejor hablemos de otras cosas — dijo, me echo una mirada rápida mientras sonría de lado. El otro tipo no había entendido su comentario, pero yo sí. «Él era mi cómplice.» — ¿Cómo de qué? — preguntó el tal Alex. — Como… de chicas — soltó mi amigo con una perversa sonrisa. Por fin entendió lo que quería decir Sam y le regaló una sonrisa cómplice mientras negaba con la cabeza. —