Capitulo 1
Danna se despertó con el sonido de su despertador y lo apagó con un manotazo. Miró la hora en su móvil y se levantó de un salto. Eran las ocho y media y tenía una reunión importante a las nueve en su despacho. Se había quedado dormida después de trabajar hasta tarde en un caso complicado. Se vistió a toda prisa, cogió su maletin y salió de su apartamento.
Llegó al edificio donde se encontraba su bufete, Martínez & Asociados, uno de los más prestigiosos de Madrid. Subió al ascensor y pulsó el botón del décimo piso. Mientras esperaba, repasó mentalmente los puntos clave de su presentación. Tenía que convencer a su jefe, don Carlos Martinez, de que le asignara el caso de la empresa BioTech, una multinacional dedicada a la investigación biotecnológica que estaba siendo demandada por una supuesta violación de patentes.
Danna sabía que ese caso era una oportunidad única para demostrar su valía como abogada y ascender en la firma. Llevaba cuatro años trabajando duro y sacrificando su vida personal por su carrera. No tenía pareja ni hijos, solo algunos amigos con los que apenas tenía tiempo de quedar. Su única pasión era el derecho y su único objetivo era llegar a ser socia del bufete.
El ascensor se detuvo en el décimo piso y Danna salió al pasillo. Caminó hacia la sala de reuniones, donde ya estaban esperando don Carlos y otros dos abogados: Luisa, una mujer rubia y elegante que era la mano derecha del jefe, y Ediet, un hombre moreno y atractivo que era su principal competidor
Ediet le lanzó una mirada de desprecio cuando la vio entrar. Danna le devolvió la mirada con igual intensidad. Se odiaban desde que se conocieron en la universidad, donde eran los mejores alumnos de su promoción. Ambos habían entrado en el mismo bufete y desde entonces rivalizaban por los mismos casos. Danna sabía que Ediet también quería el caso BioTech y que haría lo posible por quitárselo.
-Buenos días, Danna -la saludó don Carlos con una sonrisa-. Me alegro que hayas podido venir.
-Buenos días, don Carlos -respondió Danna con educación-. Gracias por darme esta oportunidad.
-No hay de qué, Danna. Eres una excelente abogada y se que has trabajado mucho en este caso. Por eso te he convocado a esta reunión, para escuchar tu propuesta y decidir si te lo asigno o no.
-Gracias don Carlos. Estoy segura de que no se arrepentirá -dijo Danna con confianza.
-Veremos, veremos -dijo don Carlos con un gesto ambiguo-. Pero antes de empezar, tengo que decirte algo importante. No eres la única candidata para este caso.
-¿Cómo dice? -preguntó Danna sorprendida.
-Así es -confirmó don Carlos-. Hay otro abogado que también ha mostrado interés por el caso de BioTech y que ha preparado una propuesta alternativa.
-¿Quién es? -preguntó Danna con recelo.
-Él -dijo don Carlos señalando a Ediet-. Ediet Sánchez, como ya sabes, es otro de mis mejores abogados y también quiere el caso.
Danna sintió un escalofrío al ver la sonrisa triunfal de Ediet. No podía creer que tuviera que competir con él por el caso más importante de su carrera.
-¿Qué? -exclamó indignada-. ¿Por qué no me lo ha dicho antes?
-No te lo había dicho porque quería ver vuestras propuestas sin influencias previas -explicó don Carlos-. Ahora vais a presentar ante mi y ante Luisa, que me ayudará a evaluarlas. Después decidiré quien se queda con el caso.
-Pero eso no es justo -protestó Danna-. Yo he trabajado más tiempo en este caso que él. Yo lo vi primero.
-No importa quien lo vio primero -dijo don Carlos con firmeza-. Lo que importa es quien lo hace mejor. Y eso es lo que voy a averiguar ahora. Así que, por favor, no discutas y empieza tu presentación.
Danna se mordió el labio y se dirigió a la pantalla donde había conectado su portátil. Tenía que hacer una presentación impecable si quería ganar a Ediet. No podia permitir que él le arrebatara el caso de BioTech. Era su sueño, su meta, su destino. Y no iba a dejar que nadie se lo quitara.