Fue extraño enterarme que Cameron Brenton había sido esposo de la madre de Stephen y que solo se habían casado porque la comunidad en esa época tildaba de mala manera a las madres solteras. Lo más extraño fue descubrir que ahora Louisa y Cameron eran un matrimonio. Sinceramente era algo sin sentido, pero supuse que quizá si leyera el libro que el padrino de Stephen había autografiado para mí, comprendería los pormenores. Después de la cena en donde todos se deshicieron en halagos hacia mi manera de cocinar y se mofaron bastante de las dotes culinarias de Stephen, Louisa y Cameron se habían retirado a su hogar con la promesa de volver al otro día para llevarme a patinar sobre hielo. Annie, por su parte, culpando al vino de su repentino cansancio se fue a su habitación, no sin antes repet