Stephen No entendía que era lo que me estaba sucediendo como para soportar ver una película cómica. Si era malo ver un Adam Sandler en situaciones ridículas, verlo doble y disfrazado de mujer era aún peor, sobre todo porque había arrastrado al increíble Al Pacino a sus tonterías. Giré mi vista para observar a Jessica, estaba sobre mi pecho, con el cabello enredado y las mejillas rosadas durmiendo profundamente. Me dediqué a observarla durante largos minutos, una extraña felicidad me invadía cuando compartíamos estos escasos momentos que si fuera por mi, serian eternos. La levante con intención de llevarla a su habitación tomándola con cuidado, parecía tan calma cuando dormía, tan pequeña. Nadie imaginaría el carácter mercenario y casi homicida que tenía si la viera con los ojos cerra