(Diciembre 20, 2016, Planeta Acuarian, en la Galaxia Ixos)
(Steve Rogers/Capitán América)
Estos veían a todos lados y luego miraban a Ahmanet, sin entender que los enfrentara con solo seis felinos y un hombre, hasta que uno de ellos dijo.
-Otra vez estas en el camino de Thanos niña, creo que es hora de que acabe contigo.- escuchar esa amenaza me molesto grandemente, pues comencé a sentir un odio muy profundo por ese ser flaco y alto de cara alargada y cabellos grises.
-Sabes que tú no puedes hacerme nada, ya lo has intentado y siempre terminas huyendo; quieres enfrentarme, adelante, pero te advierto de que morirás. Thanos ya debe estar más que molesto por no poder llevar a cabo sus planes, pero sabes muy bien que no permitiré que derrames sangre Acuariana.
-El Gran Thanos, el conquistador y destructor de mundos ha ordenado y yo uno de sus hijos adoptivos y uno de sus más fieles generales llevare a cabo sus deseos. Si te interpones Morirás niña.
-Ya deja tus amenazas, sabes que no lograras nada y que volverás corriendo a ocultarte bajo el manto de Thanos, ni siquiera él puede hacerme daño, es que no lo han entendido?
-Tú lo has querido niña estúpida, esta tarde tu morirás.- dijo el ser extraño y lo vi mover una mano, pero nada sucedió, vi a Ahmanet mover la suya y el ser salió volando hacia atrás.
Esta era la señal, la batalla había comenzado. Vi como los Chitaury corrían hacia nosotros, ellos seguían sin ver a los ejércitos de Ahmanet, pero cuando trataron de llegar a ella, se desato el infierno, pues ambos ejércitos divinos comenzaron a correr contra los Chitaury, yo comencé a pelear contra ellos, evitando que se acercaran a Ahmanet, quien pude ver estaba muy ocupada peleando con el extraño ser de cabellos grises.
De repente vi como un ser enorme aparecía con una especie de hacha o maso y trataba de golpear a Ahmanet, pero esta se desvaneció y apareció unos metros más atrás y con un movimiento de sus manos, hizo aparecer un arco y comenzó a disparar flechas de energía azul, con las que logro herir al enorme ser.
El de los cabellos grises, fue a ayudarlo y volvió a acometer contra Ahmanet, este extraño ser no portaba armas de ningún tipo, pero vi que podía mover objetos con la mente y yo sé que Ahmanet puede hacerlo también.
La vi luchando con ese extraño ser, evitando lo que el lanzaba contra ella y ella atacándolo con flechas de energía que el difícilmente podía evitar.
En algún momento de reojo vi como Ahmanet hacia un fuerte movimiento con las manos y del suelo salían fuertes puntas del mismo material cristalino de los edificios y encerraba al extraño ser en él, como encapsulándolo, dejándolo petrificado como una hormiga en una piedra de ámbar.
Tras apresar al extraño ser telepata, vi como Ahmanet se elevaba por los aires como si no pesara absolutamente nada desplegando sus enormes alas y comenzaba a disparar una flecha de energía tras otra, contra esas serpientes voladoras que los Chitaury llevaron también a Nueva York. Vi caer una y después otra más. Varias de esas serpientes voladoras cayeron al suelo, causando daños en los edificios, la batalla estaba creando destrucción, pero no tanta como la que se podría esperar.
Los guardianes de Ahmanet también estaban luchando, uno de ellos creo que fue Sejmeth, protegió mi espalda cuando un Chitaury estaba por atacarme, la vi caerle encima para después rugir y arrancarle la cabeza, solo para dar un gran salto y atacar a otro invasor.
La batalla duro varias horas, pero al final ganamos, ningún m*****o de los ejércitos divinos había sido herido o muerto, los guardianes de Ahmanet estaban cansados al igual que yo y mi querida Ahmanet se veía agotada, pero aun así realizo un último y poderoso hechizo, al ver que unos cientos de los invasores trataban de huir, llevando con ellos al ser enorme y al extraño telepata de cabellos grises.
Vi como Ahmanet, movía sus manos extendiéndolas hacia los lados, lo hacía de forma lenta y no perdía de vista las naves que trataban de huir, solo para moverlas rápidamente hacia el frente, dando una fuerte palmada, que resonó en todo el lugar.
Vi como si fuera una ola, el aire desplazarse, solo para ir a golpear a las naves que huían, como consecuencia de esto varias naves más, fueron destruidas. De ellas no quedo absolutamente nada. Aun así vi como dos naves salían del planeta por un agujero en el escudo.
Volví junto a Ahmanet, ella sonreía, así que le pregunte.
-Que sucede amor, porque estas tan contenta? Esos dos generales del tal Thanos huyeron!!!
-Lo sé Capitán, pero no la tendrán fácil, han vuelto a fallar, perdieron a muchos soldados, casi a todos en realidad y no lograron matar a ningún Acuariano, por eso sonrió.
-Te vez agotada, estas bien?
-Si Steve, estoy bien, solo un poco cansada, pero aún no hemos terminado.- me responde sonriendo.
La veo dirigirse a la muralla y haciendo un movimiento con la mano las puertas se abren, dejando salir al rey, seguido por el General Gortam y todo el ejército.
-Su Majestad, Acuarian ahora estará a salvo, Thanos estaría loco si volviera a atacarlos, pueden estar seguros pues dejare los escudos de energía que protegen al planeta; no se preocupen, si las naves vienen en paz, podrán pasar los escudos, y ustedes podrán salir sin problemas.
-Señora pero ellos traspasaron su escudo, como es posible que estemos protegidos?- pregunto el General Gortam
-General, ellos no vencieron mi escudo, yo lo abrí, a fin de derrotarlos, atraerlos a donde yo deseaba, así la batalla estaría controlada y confinada a un solo lugar.- le respondió Ahmanet
Ahora entiendo su estrategia, ella tenía protegido todo incluso los edificios de la ciudad, a pesar de la destrucción que veo; las serpientes voladoras no podían ir a ningún lado, la batalla estaba confinada a esta parte de la isla principal, seguramente con otro campo de fuerza. Por eso no podían irse y daban vueltas sobre esta parte de la isla.
Lo mismo pasó con los Chitaury, no podían atacar ningún otro lado de la Isla ni tampoco las demás islas porque estaban confinados a esta área. Un gran Plan el que llevo a cabo.
(Diciembre 20, 2016, Planeta Acuarian, en la Galaxia Ixos)
(Ahmanet)
Después de levantar los escudos de energía en todo el planeta, así como en las islas, me sentía agotada y Steve se dio cuanta, creo que el Rey Antiolo también debió notarlo porque envió por comida y bebidas para nosotros, así como sillones y mesas para que estuviéramos cómodos.
Tras comer y beber, yo me sentía mucho mejor, y tras terminar los últimos preparativos decidí que era el momento de actuar por lo que dije
-Anubis hermano, tu guaras a los ejércitos de Seth y el tuyo.
-Como órdenes mi señora y hermana mía.
-prepárate, pues los llamare. “Aknatzu deí Anubis, sets ja” “Aknatzu deí Seth, sets ja”.- dije el hechizo que los traía ante mi presencia.
Un fuerte viento comenzó a soplar y de la nada una fuerte tormenta se dejó sentir, una gran nube de arena se acercaba a donde me encontraba sentada, acompañada de Steve y mis guardianes, a la tormenta de arena la acompañaban nubes negras de tormenta, mientras rayos y centellas surcaban el cielo, la nube de arena llego hasta donde me encontraba y así como comenzó se disipo, dejando ver frente a mí, no menos de mil humanoides muy parecidos a Anubis, todos armados con Chakranes, las mismas armas de Anubis; segundos después cientos de rayos comienzan a pegar en el suelo de la explanada, mientras el cielo se ilumina con cientos de centellas, esto duro solo unos segundos, pues cuando la tormenta eléctrica se disipo, vi que frente a mí a un lado del ejercito de Anubis, habían aparecido al menos dos mil humanoides con la cabeza de chacal, tenían la apariencia de Seth, el señor del inframundo.
Después de la aparición de ambos ejércitos divinos, estos hicieron una reverencia, mostrando su lealtad a mí, llevando una rodilla al suelo e inclinando la cabeza. Anubis fue a ponerse frente a todos ellos he hizo la misma reverencia y al levantarse dijo claramente.
-Princesa y Diosa Ahmanet, la etérea, la protectora de la vida, señora de la muerte y guardiana del infinito tus ejércitos te saludan y están prestos a servirte.
-Prepárense pues en unas horas correrá la sangre por estas tierras.
Sé que Steve está nervioso, no por la batalla en sí, sino por lo que pueda llegarme a pasar, él aun no comprende el alcanza de mi poder, en verdad nadie lo comprende, pues este crece cada día más.
Por tal motivo me mantuve serena, muy tranquila, todos mis guardianes también, debía darle serenidad a Steve, pues el sí podría salir herido si se distrae, tendré que estar al pendiente de protegerlo. Ya solo queda esperar.
La espera no fue muy larga, pues tras dos horas comenzamos a escuchar estruendos y vi como el escudo del planeta brillaba con cada impacto, así que abrí una pequeña brecha en el escudo de energía que protegía el planeta y creen una área confinada para que los invasores no salieran de ella, quería limitar los daños al planeta.
De repente, vimos como decenas de naves aparecían en el cielo, estas comenzaron a tocar tierra, algunas se dedicaron a disparar contra la ciudad, pero no lograban hacer mucho daño; vi como de las naves saltaban seres que me parecían conocidos.
Eran Chitaury, seres a los que había enfrentado no solo cuando invadieron Nueva York con la ayuda de Loki, sino en varias batallas más durante el último año, a Thanos deben quedarle pocos esclavos de esta r**a, pues los pierde a montones cada vez que nos enfrentamos.
Vi a los Chitaury correr acercándose a nosotros, en el extremo de la explanada, ellos no podían ver a mis ejércitos era una ilusión que había levantado, cuando los invasores estaban a unos cincuenta metros de nosotros, los ligres, las panteras y hasta las dos mininas, se pusieron en posición de ataque y rugieron; vi como Steve tomando una posición de ataque y volviéndose me dice.
-Ahmanet rompieron tu escudo!!!
-No es así Capitán, yo los deje pasar, así vendrían a donde yo deseaba.- Le respondo tan tranquila y serena como me había estado mostrando.
Note que al escuchar el rugido de mis guardianes, los invasores Chitaury se detuvieron y me observaron, esperando solo unos segundos, para luego volverse a los que creo eran sus generales.
Los Chitaury miran a su alrededor, no comprenden por qué solo los enfrentan una mujer, un hombre y seis felinos, hasta que uno de los hijos adoptivos de Thanos, el telepata, no recuerdo su nombre y no me importa a decir verdad, solo me interesa bloquear su poder y hacerlo aprender la lección, es un ser muy molesto y arrogante, tanto que dijo.
-Otra vez estas en el camino de Thanos niña, creo que es hora de que acabe contigo.- veo como Steve reacciona ante la amenaza, pues comenzó a sentir un odio muy profundo por el telepata y yo estoy conectada a él, por lo que siento su odio por él.
-Sabes que tú no puedes hacerme nada, ya lo has intentado y siempre terminas huyendo; quieres enfrentarme, adelante, pero te advierto de que morirás. Thanos ya debe estar más que molesto por no poder llevar a cabo sus planes, pero sabes muy bien que no permitiré que derrames sangre Acuariana.
-El Gran Thanos, el conquistador y destructor de mundos ha ordenado y yo uno de sus hijos adoptivos y uno de sus más fieles generales llevare a cabo sus deseos. Si te interpones Morirás niña.
-Ya deja tus amenazas, sabes que no lograras nada y que volverás corriendo a ocultarte bajo el manto de Thanos, ni siquiera él puede hacerme daño, es que no lo han entendido?
-Tú lo has querido niña estúpida, esta tarde tu morirás.- dijo el telepata y lo vi mover una mano, pero nada sucedió pues levante un escudo, moví la mano y el telepata salió volando hacia atrás.
Esta era la señal, la batalla había comenzado. Vi como los Chitaury corrían hacia nosotros, ellos seguían sin ver a mis ejércitos, pero cuando trataron de llegar a mí, se desato el infierno, pues retire la ilusión y ambos ejércitos divinos comenzaron a correr contra los Chitaury, vi a Steve comenzar a pelear con los Chitaury que trataban de acercarse a mí, mientras yo comenzaba a pelear con el telepata de cabellos grises, este enjuto ser piensa que puede derrotarme con el uso de su habilidad, es que no se ha dado cuenta de que no logra acertar un solo ataque mental? Que no se ha dado cuenta que yo puedo hacer exactamente lo mismo que él y mucho más, pues leo su mente pero él no la mía?.
De repente vi como un ser enorme aparecía con una especie de hacha o maso gigante y trataba de golpearme, pero me desvanezco y reaparezco unos metros más atrás y con un movimiento de mis manos, hice aparecer mi arco y comienzo a disparar flechas de energía azul, con las que logro herir al enorme ser.
El telepata enjuto de cabellos grises, fue a ayudarlo y volvió a acometer contra mí y volvimos a la pelea, él lanzándome con su poder grandes rocas y escombros y yo redireccionándolos y enviándolos contra el telepata, sabía que Steve me observaba, creo que es momento de que vea el alcance de mi poder y es por eso que en esta lucha entre el telepata enjuto y yo todo se peleó por medio de la telequinesis y de mi arco con flechas de energía, que él, difícilmente podía evitar.
La lucha contra el telepata enjuto y de cabellos grises, me estaba hartando y decidí que lo detendría un rato, pues en verdad es un ser muy latoso. Y con un fuerte movimiento con las manos del suelo comenzaron a salir fuertes y grandes puntas del mismo material cristalino de los edificios y con ellas encerraba al telepata entre las puntas creando una prisión de cristal multicolor.
Tras apresar al telepata, me eleve por los aires desplegando mis enormes alas y comencé a disparar una flecha de energía tras otra, contra esas serpientes voladoras que los Chitaury llevaron también a Nueva York. Hice caer una y después otra. Varias de esas serpientes voladoras cayeron al suelo, causando daños en los edificios, la batalla estaba creando destrucción, pero no tanta como la que se podría esperar.
Mis guardianes también estaban luchando, uno de ellos creo que fue Sejmeth, protegió a Steve cuando un Chitaury estaba por atacarle por la espalda, la vi caerle encima para después rugir y arrancarle la cabeza, solo para dar un gran salto y atacar a otro invasor.
La batalla duro varias horas, pero al final ganamos, ningún m*****o de los ejércitos divinos había sido herido o muerto, mis guardianes estaban cansados al igual que mi amado Steve y yo aun cuando estaba agotada, realice un último y poderoso hechizo, al ver que unos cientos de los invasores trataban de huir, llevando con ellos al ser enorme y al extraño telepata de cabellos grises.
Moví mis manos extendiéndolas hacia los lados, lo hacía de forma lenta y no perdía de vista las naves que trataban de huir, solo para moverlas rápidamente hacia el frente, dando una fuerte palmada, que resonó en todo el lugar.
Sentí la onda de energía salir disparada desde mis manos como si fuera una ola, el aire desplazándose, solo para ir a golpear a las naves que huían, como consecuencia de esto varias naves más, fueron destruidas. De ellas no quedo absolutamente nada. Aun así vi como dos naves salían del planeta por un agujero en el escudo.
Vi como un cansado Steve volvía hacia mí, yo le sonreí por lo que él pregunto.
-Que sucede amor, porque estas tan contenta? Esos dos generales del tal Thanos huyeron!!!
-Lo sé Capitán, pero no la tendrán fácil, han vuelto a fallar, perdieron a muchos soldados, casi a todos en realidad, y no lograron matar a ningún Acuariano, por eso sonrió.
-Te vez agotada, estas bien?
-Si Steve, estoy bien, solo un poco cansada, pero aún no hemos terminado.- le respondo sonriendo.
Me dirijo a la muralla y haciendo un movimiento con la mano las puertas se abren, dejando salir al rey, seguido por el General Gortam y todo el ejército.
-Su Majestad, Acuarian ahora estará a salvo, Thanos estaría loco si volviera a atacarlos, pueden estar seguros pues dejare los escudos de energía que protegen al planeta; no se preocupen, si las naves vienen en paz, podrán pasar los escudos, y ustedes podrán salir sin problemas.
-Señora pero ellos traspasaron su escudo, como es posible que estemos protegidos?- pregunto el General Gortam
-General, ellos no vencieron mi escudo, yo lo abrí, a fin de derrotarlos, atraerlos a donde yo deseaba, así la batalla estaría controlada y confinada a un solo lugar.- le respondí
Nadie había entendido lo que hice, había protegido todo incluso los edificios de la ciudad y a pesar de la destrucción que veo; las serpientes voladoras no podían ir a ningún lado, la batalla estaba confinada a esta parte de la isla principal, con otro campo de fuerza. Por eso no podían irse y daban vueltas sobre esta parte de la isla.
Lo mismo pasó con los Chitaury, no podían atacar ningún otro lado de la Isla ni tampoco las demás islas porque estaban confinados a esta área. Un gran Plan el que se llevó a cabo.