¿Quién Era él?
¡¡Auxilio!!
Un grito aterrador interrumpió el silencio de una fría noche en la ciudad de Florencia (Italia).
Una mujer es subida a una camioneta y llevada sin rumbo fijo.
Ella gritaba, a la vez que luchaba contra los hombres que sin decir palabra, ataban sus manos, le ponían una mordaza en la boca y una venda en sus ojos.
El miedo que ella sentía era algo fuera de este mundo, su corazón parecía salirse de su pecho, no entendía la razón de aquella situación.
Pensó que esa noche, sería la última de su vida, que todo quedaría sumergido en la oscuridad.
De repente, la camioneta dejo de moverse, los hombres la bajaron y ella escucha el sonido de una llave abriendo una puerta, cada sonido la dejaba aún más desconcertada.
Estaba confundida, inundada por el pánico, perdida.
Es dejada en ese lugar, el cual estaba en total silencio, ni el sonido de una mosca se escuchaba, de repente, escucha pisadas que se dirigían hacia ella.
En segundos, una voz distorsionada le dice suavemente al oído.
—No sabes cómo esperaba este momento Verónica, cada noche lo soñaba, cada día lo anhelaba, mi sangre hervía de placer cada vez que imaginaba este instante.
Ella se queda inmóvil, pensando, preguntándose.
¿Quién es? ¿Cómo sabe mi nombre? ¿De qué está hablando?
Pero sus pensamientos son interrumpidos por las manos del misterioso hombre entrando por debajo de su vestido sin ningún respeto, sin ningún permiso.
Ella trata de evitar que él la tocará, Pero era inútil, estaba atada, con los ojos vendados y la boca sellada, totalmente a la merced de ese loco, de ese psicópata, si, Psicópata. ¿Acaso había otra manera de llamarlo? No, no había.
Él, sin importarle su negación, sigue recorriendo su cuerpo con sus manos, luego, le quita la mordaza que tapaba la boca de Verónica, y la besa con pasión descontrolada, como un sediento cuando encuentra agua en medio del desierto.
Ella aprovecha y le súplica
—¡Por favor! Déjeme ir, soy una mujer casada, mi esposo es un hombre muy poderoso y adinerado, él le pagará lo que usted le diga, no va a negarle ninguna cantidad de dinero.
Él sonríe de manera burlesca, como si ella hubiera dicho algo muy gracioso. Y Tomando su mano le dice:
—No necesito dinero, lo único que necesito y quiero esta justo aquí, el dinero no se compara con tu belleza.
Después de decirle eso, le arranca el vestido como un animal hambriento cuando logra atrapar a su presa, sin importarle sus suplicas, la hace suya de manera brusca y ordinaria, no hubo piedad, no hubo ningún remordimiento por su parte, solo deseo incontrolable.
** Dos Semanas Después**
—¡No! —grita Verónica de manera aterradora mientras dormía.
—¡Amor despierta! ¡Despierta Verónica! —le dice angustiado el apuesto hombre que dormía a su lado.
Ella se despierta turbada, un sudor frío recorría su cuerpo, los recuerdos de esa noche no la dejaban en paz.
—¿Otra vez soñaste con el secuestro? —le pregunta él.
—Si Rodrigo, otra vez —le contesta ella agitada, sudorosa.
—Definitivamente tienes que ir con un psicólogo, esto no puede seguir así —le contesta él con impaciencia.
Rodrigo y Verónica se habían casado dos meses y medio antes de lo ocurrido, él era un hombre muy importante, era el CEO de las empresas de su familia, para ella era un hombre maravilloso, perfecto, pero la realidad es que no era así, y ella estaba muy cerca de descubrirlo.
Verónica había intentado llevar una vida matrimonial normal, lo último que quería era perderlo, por esa razón, no le dijo que ese hombre que la había secuestrado, la había hecho suya, que la había tomado como presa recién atrapada.
Todo quedó en un secuestro "normal" de unas horas, una equivocación tal vez, como lo dijeron las autoridades.
Ella no se atrevía a decirle lo que había pasado.
** Tres Meses Atrás**
Florencia (Italia)
—Mi amor, ya tenemos un año juntos y todavía no conozco a tu familia —le dice Verónica a su entonces novio, Rodrigo Bianchi.
—Verónica, tú sabes que no ha habido oportunidad —le contesta él, mientras cena tranquilamente.
—Claro que sí, el cumpleaños de tu madre, el aniversario de la empresa ¿Qué me dices de esas oportunidades? ¿O no quieres presentarme porque no soy de tu mismo nivel económico? —le pregunta ella con cierta tristeza.
—No seas tonta, por supuesto que no es por eso, es que mi familia es un poco especial, harán preguntas sobre ti y quiero saber que responder —le contesta él.
—La verdad, diremos la verdad —le contesta ella.
—No toda la verdad, no puedo decirles que te criaste en un orfanato y no tienes familia, tampoco estudios ni apellido —le contesta él.
Ella baja la mirada, y le pregunta con tristeza.
—¿Entonces si es por mi nivel social?.
—Por mí no, es por ellos.
Él al ver que ella se entristeció, deja de cenar y le dice.
—Ok, hagamos algo, si dices lo que yo te diga, entonces te presentaré este sábado, mi madre hará una cena familiar para celebrar el cumpleaños de mi tía Samantha, aprovecharemos la ocasión —le dice Rodrigo, mientras pasa su mano por las mejillas de Verónica.
Ella feliz por lo que él le había dicho, sonríe ilusionada.
Verónica vivía en un apartamento que pagaba Rodrigo, ellos se habían conocido un año atrás en un restaurante elegante donde ella trabajaba como mesera, su belleza lo impactó tanto, que no dudo en conquistarla.
Pero su relación era secreta, él siempre le prometía presentarla con su familia, Pero cuando llegaba el momento, sacaba cualquier excusa para no hacerlo, aunque estaba enamorado de ella, el pasado de Verónica en cierta manera lo avergonzaba.
Pero parecía que ahora sí sería su novia oficial.
Verónica esperaba con ansias ese sábado, se compró un hermoso vestido rojo y unos zapatos altos muy elegantes, su figura escultural seguramente iban a hacer que el vestido le quedará perfecto.
El sábado llego y Verónica desde muy temprano empezó a arreglarse, se puso el vestido y recogió su pelo n***o largo en forma de cola, luego maquillo sus ojos para resaltar el café claro de ellos, se veía preciosa.
Mientras se aplica perfume, tocan la puerta.
Ella abre enseguida, y Rodrigo al verla, queda fascinado.
—¡Te ves bellísima Verónica! Tanto, que me dan ganas de quedarme y hacerte el amor en vez de ir a esa aburrida cena familiar.
—¡Ni lo pienses! No te daré otra excusa para no presentarme a tu familia —le contesta ella.
—De acuerdo, pero apenas termine la cena, tú y yo vendremos aquí para poder quitarte ese vestido —le dice él con voz seductora.
Verónica sonríe y luego él le da su brazo para irse.
Pero esa cena que tanto alegraba el corazón de Verónica, sería el inicio de su pesadilla, el inicio de todas sus lágrimas.
Ella llega del brazo de Rodrigo, la familia la mira sorprendida inmediatamente.
—Buenas noches familia —dice Rodrigo—. Mientras Verónica está agarrada de su brazo.
—¿Rodrigo? Pensé que no vendrías —le dice Marie, madre de Rodrigo, mientras le da un beso.
—Claro que iba a venir, Pero está noche no vine solo, ella es Verónica Larios, mi prometida —dice él con orgullo.
Verónica al escuchar la palabra prometida, queda sorprendida, ella pensó que Rodrigo la presentaría como su novia, no como su prometida.
Marie, madre de Rodrigo, también se sorprende.
—¡Escuchen todos! Rodrigo está comprometido —dice ella en voz alta.
Ese anuncio, llamo la atención de Alejandro Bianchi, el hermano menor de Rodrigo, quien se dirigió inmediatamente a la sala.
Al llegar, sus ojos se posan inmediatamente en Verónica, la belleza de la prometida de su hermano lo deja atónito, completamente sorprendido.