Hades no dejaba de ver para la salida, ya era mucho tiempo en que Perséfone se había ausentado de la fiesta, tenía que estar de regreso. Se preocupo aun más cuando no vio a Ares por ningún lado. - Me disculpan. – dijo sonriente ante su circulo de amigos, quienes festejaban el supuesto noviazgo con Afrodita. – continúen, yo saldré un momento. - ¿A dónde piensas ir, Hades? – preguntó Afrodita. Si algo le caracterizaba era su vanidad porque las cosas salgan bien, aunque sea un noviazgo falso. - Saldré a tomar aire. – respondió él y comenzó a caminar para la salida. La noche estaba clara, era luna llena y estaba acompañada por las estrellas. Hades dirigió su mirada para el desértico jardín con la esperanza de encontrar ahí a Perséfone, de repente vio algo extraño sobre la seca tierra.