La fiesta de la piscina transcurre con calma, todos estamos vestidos de blanco mientas bailamos, conversamos y comemos algunas cosas ricas, es una fiesta bastante tranquila en comparación a la de anoche. Y Noah no se separa de mí en ningún momento, incluso cuando voy al baño se queda en el perímetro, y realmente me encanta que este tan atento de mí. A Noah su amigo le pide un minuto, así que se alejan de mi dejándome sola con un vaso de licor que tome de una bandeja, no acostumbro a tomar, pero necesito entretenerme con algo. Cuando un hombre bastante ebrio se me acerca y me toma del brazo, para darme cuenta que es el mismo de la vez pasada. — ¿Por qué tan solita? – pregunta en ese tono que intenta sonar galante. — Porque estoy bien así en este momento, no quiero compañía, gracias. —