Es mi primer día de clases, llego puntual porque mi papá me lleva y no puedo negar mis ínfulas de estrella, voy vestida a la moda, con un bolso pequeño con una pequeña libreta, le prometí a mi padres que voy a sacar el título, les regalaré un diploma y luego hare mi propio camino, con eso no me podrán molestar más, seré contadora como ellos desean, pero no trabajaré con mi padre.
Una vez entro en el salón de clases me detengo a observar mis compañeros, todos tienen caras de expectativa y hablan entre sí, no hay ni un chico lindo, y esta es mi primera decepción, pensé que los chicos universitarios eran lindos, interesantes e inteligentes, pero no hay ni una diferencia con los niños que veía a lo lejos en la época del colegio, son chicos desaliñados, con rostros aun llenos de acné hablando de comics y súper héroes, la verdad creo que me llene de expectativas pero por lo visto no se cumplirán.
Mis compañeras me miran como si oliera a feo, me observan de forma despectiva y siguen su camino, hasta que luego de la primera clase, con un profesor panzón y viejo, una chica se acerca mí con gesto curioso en su cara y usa mi usuario de tik tok.
— Hola, ¿eres kitty Soffi? — pregunta con voz dudosa y asustada.
— Eeeee si — respondo tímida — ese es mi usuario…
— He visto tus videos y me encanta, no sabía que íbamos a estudiar lo mismo.
— Yo tampoco sabía que iba a estudiar contaduría hasta hace unas semanas atrás…
Como no me presente a tiempo a la universidad no hice el trámite de admisión como los demás, mi padre se aprovechó que conocía al decano y me ayudo con todo el trámite, dicen que es un secreto.
— ¿Se demoró un poco la respuesta de tu admisión? – pregunta con gesto inocente.
— Digamos que sí, pero dime Sofía, el seudónimo es solo para r************* .
— Mi nombre es Lucia, y vi tu último en vivo donde decías que te sentías un fracaso total, luego de eso te perdiste y me dejaste algo preocupada, pensé que te habías suicidado.
— Lo siento — susurro — no fue mi intensión preocupar a mis seguidores.
— No te preocupes, as es el internet, pero me alegro que estés bien — sonríe mientras me responde — ¿almorzamos juntas?
Y sin más nos perdemos en el mar de personas que usan la cafetería de la universidad. Realmente es un lugar bonito, es un campus grande con diferentes bloques, y empiezo a ver personas en todos los estilos de ropa y maquillaje, y algunos con rostros que parecen mucho mayores, podría jurar que no son tan jóvenes y es extraño ver gente tan vieja en un salón de clases, sin embargo, ese no es mi problema, así que prefiero no ponerle mayor atención.
Luego de un día de clases regreso a casa con tanto trabajo que parece imposible que fuese el primer día, no me imagino cuando termine la primera semana, ahora entiendo porque mis amigas que empezaron el año pasado a estudiar trasnochan tanto, y yo que pensé que el colegio era difícil, esto es mucho peor.
Mis amigas, las que poco a poco sus vidas en la universidad fueron absorbiendo y ahora nunca veo. Nos conocemos desde niñas, y estuvimos siempre juntas, mi padre insistió en que estudiara en un colegio femenino y fuimos muy unidas, estábamos juntas en todo momento, compartimos los bueno y lo malo, hasta que llegó el momento de decidir qué hacer después.
Julie ingreso a una universidad en el exterior, Martina empezó a estudiar medicina y dice que nunca tiene tiempo, Lauren quien era mi mejor amiga se le dio por irse de un año sabático, le gusto una ciudad en Alemania y decidió quedarse a estudiar en ese lugar, mientras que yo empecé talleres de actuación que mi padre p**o.
Para todos yo era la chica desocupada y por más que les rogaba encontrarnos aunque sea por una corta video llamada siempre tenían algo que hacer, o una clase pendiente, o algo que estudiar, de las pocas veces que hablábamos me decían que tenían muy poco tiempo y aprovechaban el tiempo libre para descansar, sonaba a excusa, pero como les decía algo diferente, me sentía incomoda rogando algo de su atención, para luego verlas en r************* felices en sus nuevos lugares.
En cuanto a mí, no logre hacer amigos en los talleres en los que me inscribí, mis compañeros eran personas totalmente enfocadas a su trabajo, a lo que tenían que hacer, llegaban a clases y se iban apenas terminaban, así que por más que lo intente no lo logre, no fui nunca parte de ellos, me sentía sola, realmente no fue tan agradable, y ni hablar de cada uno de los casting, me miraban como si fuera un moco pegado en la pared, donde buscaban resaltar, y ahora que ingreso a la universidad me llevo la sorpresa que hay una persona que no solo ha visto mis videos, sino que quiere compartir conmigo.
Así que enciendo mi celular y hago un video para las miles de personas que me siguen donde les cuento que empecé la universidad, que es una nueva etapa de mi vida y para mi sorpresa recibo cientos de likes, creo que es uno de los videos más sinceros que he hecho, y no puedo evitar emocionarme cuando recibo algunas recompensas que se convierten en dinero, y es la primera vez que me sucede, realmente estoy feliz, no puedo de la emoción.
Las clases en la universidad se volvieron rutinaria, y aunque no me gusta lo que estudio me acostumbro rápido al contenido y las materias, lo pienso como cuando estaba en el colegio, lo estudiaba sin importar nada más, por cumplir una nota, mientras que en mi tiempo libre aprovecho para hacer videos y fotos, en la mayoría de ellos me ayuda Lucia, jamás me imagine conocer a alguien que le gustaba tanto las r************* como a mi, aunque hay una línea que ella no atraviesa.
Lo divertido es que a pesar de no proponérmelo mi número de seguidores sigue en aumento, algo que me emociona mucho y no puedo creerlo, estoy cerca de los cien mil seguidores, jamás pensé que podría llegar a este número, y me doy cuenta que quizás si puedo tenerlo todo al mismo tiempo, darle a mis padres la dicha que yo me gradué de la universidad al tiempo que me vuelvo famosa.
Y sin pensarlo mucho una tarde mientras estaba en clases llegó lo que más he anhelado en mi vida, una invitación para un casting, Adrián Gonzales, un fotógrafo me pidió que lo visitara en su estudio, que está haciendo fotos para modelos y le interesa mi perfil para un catálogo de ropa interior, así que de forma inmediata le respondo que sí, y cuadramos vernos mañana, sé que deberé faltar a clases, pero nada grave, mis notas son buenas.
— Mira lo que me escribieron — le susurro a Lucia mientras estamos en clase y le paso el celular — me invitaron a un casting para un catálogo.
— ¿Es seguro ir? — pregunta tímida
— Sí, yo creo que si – respondo sonriendo.
— ¿Quieres que te acompañe? – pregunta en un susurro.
— No, no te preocupes, yo le digo a mis padres para que me acompañen, solo mantenme al tanto de lo que hagan en clases.
— Claro que sí.
El resto del día paso tranquilo mientras pienso en la ropa que llevare, aunque no me lo dijeron, pienso en diferentes planes y opciones, tanto de ropa como de maquillaje. Obviamente al llegar a casa no les cuento a mis padres, esto es mi oportunidad y les prometí que iba a estudiar juiciosa mi carrera hasta graduarme, y eso pienso hacer, les contare solo si es algo realmente bueno, al final, no están pendiente de lo que hago en redes o del contenido que subo.
Así que tal como lo planee luego que mi padre me deja en la puerta de la universidad espero que este lejos y corro a buscar un taxi para que me lleve hasta el estudio del fotógrafo, estoy nerviosa, mis manos tiemblan ligeramente y sudo horriblemente, en especial cuando Lucia me escribe y debo decirle mentiras.
— ¿Estás en el estudio?
— No, voy en camino
— ¿Estas con tu padre?
— Si, voy con mi padre.
Busco una foto vieja donde estamos los dos en el auto y se la envió.
— Qué bueno, me vas contando como te va.
— Claro que sí.
Y no puedo evitar sentirme fatal, realmente no estoy haciendo nada malo, o ¿tal vez si?, es solo una foto como cientos a las que he ido antes en las que no obtuve ningún tipo de respuesta, no hay nada distinto a lo que ya he hecho, pero no sé porque me siento tan nerviosa y extraña, como si estuviera haciendo algo malo.
Una vez llego al estudio me hacen seguir a un pequeño camerino donde una chica con el cabello tinturado de rosa me da las instrucciones, deberé usar varios tipos de ropas las cuales podré escoger dentro de lo que tienen en el lugar o colocarme la mía, que prepare para este caso, y en media hora deberé estar lista.
Mientras me maquillo pienso la primera vez que estuve en un casting, estaba tan nerviosa que vomite varias veces y algunos pensaron que era bulímica, mis manos temblaban mientras me delineaba los ojos, además que mi madre estaba con cara de aburrimiento sentada en una pequeña salita, y no tuvo que emitir sonido para saber lo que estaba pensando. Y cuando llego mi momento estaba tan nerviosa que dije e hice todo al revés, así que obviamente no me volvieron a llamar, por eso he decidido no volverle a decir a mis padres, hasta que pase algo bueno, al final ya soy mayor de edad.
Así que aquí estoy, totalmente segura de lo que estoy haciendo, o eso creo, en un casting más, sé que le prometí a mis padres parar con el cuento de llegar a ser famosa, pero no voy a desperdiciar ninguna oportunidad, nada me quita seguir trabajando por mi sueño mientras paso mis días sentada en una silla de la universidad escuchando clases aburridas todo el día.
Cuando salgo al pequeño estudio no puedo evitar la sorpresa al ver el fotógrafo, es un hombre joven, de unos veintitantos años, con cabello n***o largo que cae por su rostro, su nariz parece esculpida por los mismos dioses que hacen juego con sus ojos cafés que parecieran brillar de una forma especial y yo no puedo evitar sonreír mientras poso para su lente.
La sesión de solo dos hora fluye con naturalidad, casi siento que fui hecha para este momento, entre los cambios de ropa conversamos y alaba mi cuerpo atlético, para al final pedirme que me quede en vestido de baño, algo muy ligera de ropa, algo a lo que no me niego y siento como una ligera cosquillas me recorren, siento una emoción que no he sentido antes. Cuando terminamos me permite irme a cambiar de ropa, para mi sorpresa me está esperando para conversar, algo que nunca me ha sucedido.
— Sofí, tienes potencial — dice mostrándome las fotos que tomo — este es para un catálogo de ropa interior, les prometí buscar una chica que se moviera en redes pero que no fuera tan famosa, algo así como una cara nueva, y me pareciste perfecta, normalmente solo pido el book, pero quería tomarte yo mismo las fotos, armar todo para tener mayor posibilidades de aprobación.
— ¡Oh! — exclamo emocionada — nunca antes me había sucedido esto.
— Lo sé, tal vez tus fotos no son las mejores para pasar algún tipo de casting, por cierto, ¿me permites enviarlas a algunos amigos?
— Sí, claro — respondo sonriendo emocionada.
— Gracias, tengo amigos que siempre están buscando modelos, algunos incluso en el exterior, y se van las chicas con todos los gastos pagos.
— Que emoción, siempre he querido ir al exterior.
— Lo vas a lograr Sofí, ahora si me disculpas, debo ponerme a trabajar — dice sonriendo para acompañarme a la puerta de donde se despide con una sonrisa.
Mientras voy camino a la universidad le escribo un mensaje rápido a Lucia para que esté enterada y me ponga al tanto de la siguientes clase, para los profesores estaba en una cita médica, aunque no creo que pregunten mucho por mi ausencia.