Abro la puerta de la habitación y en un mínimo acto de caballerosidad, la dejo entrar primero. Sé muy bien lo abrumadora que puede ser está casa dada sus amplias dimensiones y decoración de lujosa gracias al trabajo de una de las mejores decoradoras del país. Mi madre siempre ha sido muy detallista en estas cosas, y si bien hasta hace poco yo no vivía aquí, siempre se ha encargado de que tuviera un espacio para mi dentro de esta mansión. La observo parada en la entrada de este lugar y noto como su mirada recorre todo el lugar — ¿Te gusta? — Le pregunto deteniéndome frente a ella y clavo mi mirada en la suya. — Supongo que eso no importa mucho. — Responde fríamente y por momentos me molesta su orgullo, pero no la culpo, es su mecanismo de defensa. Ella no dice una sola palabra más, y va