Capítulo 49. En este lugar yace el tesoro de mi existencia, mis amados padres. Cuarenta y cinco minutos después Oliver se encuentra de pie en la puerta del privado familiar, él se queda unos segundos escuchando la melodiosa risa de Mia, Diego estuvo contando anécdotas de cuando eran chicos y una de ellas estuvo tan graciosa que Mia no pudo parar de reír. Oliver da dos toques a la puerta e ingresa para saber el motivo de tanta alegría, -- ¿Se puede saber que es tan gracioso? – pregunta y todos al verlo llegar le miran el rostro intentando ubicar aquella marca a la que se refirió Diego hace solo unos momentos, su madre con una sonrisa en el rostro y sin poder ocultar la alegría que siente al ver a su hijo tan risueño y comenta, -- Cariño podrías mostrar con orgullo tu piquete de abeja –