Capítulo 1. Doctor, podría revisar si todo está bien abajo, debe estar un poco irritado.
-- ¡Felicidades mi amor, te amo tanto! – esas fueron las palabras que me dijo mi esposo hace solo cinco días, cuando celebramos nuestro aniversario “dos maravillosos años de casados”, está vez decidimos darnos una escapada a una isla paradisiaca del caribe, ahí estuvimos disfrutando de nosotros dos y nuestro gran amor, aunque solo fueron cinco días, la pasamos de maravilla, solos sin que su trabajo ni nadie se interponga entre nosotros.
Mi nombre es Mia Mandriotti, tengo veintitrés años y llevo dos años de casada con mi mejor amigo, el gran amor de mi vida y mi amigo en la universidad. Nos conocimos por casualidad y desde ese momento no nos hemos separado nunca, Piero Reyes tiene dos años más que yo, todos pensaron que estábamos locos cuando decidimos casarnos, él acababa de terminar la universidad, yo todavía seguía estudiando, Piero recién comenzaba a trabajar en una empresa como socio minoritario, se podría decir que no teníamos nada, pero nos amábamos demasiado, tanto como para no pensar en nada más que nuestro inmenso y gran amor…
-- Todavía son muy jóvenes – nos decían todos, incluso hasta llegaron a insinuar que quizás no éramos el uno para el otro, pero después de estos dos años de feliz matrimonio puedo estar segura de que, sí lo somos. Yo soy todo para Piero y él lo es todo para mí.
Al bajar del avión nos esperaba su asistente, Fátima, Ella trabaja con Piero desde hace seis meses, al inicio no me gustó el hecho de que mi esposo tenga como asistente a una mujer hermosa, sobre todo porque es varios años mayor que él, pero Piero me comentó que a Fátima no le gustaban los hombres, eso basto para que deje de molestarme la cercanía que ella comparte con mi esposo, hace algunos meses decidí que podríamos intentar quedar embarazados, se lo hice saber, pero al final Piero me convenció para esperar un poco más,
--Todavía somos muy jóvenes cariño, además recién nos estamos estableciendo. Esté departamento todavía debe pagarse por varios años – me dijo, intenté comprender su forma de pensar, aunque me desilusioné un poco. Cuando decidimos casarnos teníamos menos de lo que tenemos ahora, logré conseguir un excelente trabajo como corredora inmobiliaria al poco tiempo de casarnos, y he podido traer mucho dinero a casa, todavía no logró entender cómo puedo estudiar y trabajar al mismo tiempo, aunque no llevo todos los cursos que debería. Sé que acabaré mi carrera un año después, pero eso no me incomoda, siempre que Piero se sienta cómodo y sea feliz.
Ahora me caen propuestas de varias constructoras para que trabaje directamente con ellos, no sé ¿ni cómo?, ¿ni por qué?, pero logró vender cada propiedad que ponen en mis manos, pienso que mis padres desde el cielo me envían todas esas buenas vibras que necesito y eso nos está ayudando a cambiar mucho nuestro estatus social, solo el mes pasado logre postular al club de verano donde mi jefe es socio, en unos días me dan la respuesta y según me adelantó una de las señoritas que me atendió, me dijo que todo parecía estar bien con nuestros papeles, no le he contado nada a Piero porque quiero que sea una sorpresa para él, sé que sus socios en la empresa también pertenecen a ese club.
Antes vivíamos en un departamento alquilado y ahora tenemos uno que es propio en una de las mejores zonas de la ciudad, la inmobiliaria donde trabajo me entregó este departamento como p**o de una enorme comisión, hace cuatro meses logré vender una mansión increíble de varios millones de dólares, pero Piero no acepta que yo ponga este departamento como un bien familiar, él es muy machista y piensa que él también debe poner parte de nuestra vivienda, recuerdo muy bien nuestra conversación,
-- Piero el departamento fue un p**o por una comisión, sabes que no debes pagarme nada, que tú no quieras verlo así y hayas decidido pedir un préstamo para pagarme la mitad no significa que no sea nuestro. El dinero que me diste lo tengo guardado en una cuenta, podemos cancelar ese tonto crédito tuyo y dejar de regalarle los intereses al banco – le dije, pero él se molestó al oír que llame tonto a su crédito, es solo que no comprendo cómo pudo pedir un crédito cuando sabe que el departamento ha sido el p**o por una comisión y ahora tengo todo ese dinero en mi cuenta.
Ahora que estamos de regreso quise volver a tocar el tema, justo cuando estábamos por subir en el auto de su asistente,
-- Cariño sobre lo de anoche – le dije y Piero me interrumpió,
-- Mia por favor, no comiences. Acabamos de volver de viaje, la hemos pasado increíble y ahora comienzas con el tema del bebé, ya te lo dije no tendremos un hijo por ahora – Piero es muy cerrado y sé que no querrá tocar el tema por ahora, pero ese préstamo que pidió lo cancelará todavía en diez años, si piensa esperar cancelar el préstamo para tener un bebe tendré que esperar hasta tener treinta y tres para ser madre, nunca me imaginé cuando nos casamos que las cosas serían así, y tampoco me gustó la forma como me habló delante de su asistente.
Entiendo que la empresa donde Piero trabaja no está pasando por su mejor momento, pero sé que nosotros estamos listos para ser padres, muero de ganas por tener a su hijo en mis brazos, y no creo poder soportar tantos años, hace solo tres meses pensé que estaba embarazada, tuve un retrasó en mi periodo y cuando se lo comenté Piero casi se vuelve loco, al final solo fue un cuadro de anemia por mucho estrés y nada más, y sentir su pasividad cuando supo que no estaba embarazada no me gustó nada.
Sé que solo tenemos dos años de casados, pero nos conocemos desde hace mucho, lo considero el amor de mi vida y me duele mucho que no piense igual a mi, incluso su madre estaría feliz con la idea de convertirse en abuela, ella se encuentra muy enferma, hace menos de un años le detectaron cáncer en los pulmones, nunca estuve de acuerdo con que ella fume como lo hace, pero es la mamá de Piero, no puedo decirle nada. Ahora la enfermedad se encuentra en la etapa final, estadio cuatro le dicen y no tenemos muchas esperanzas, pero como dicen los creyentes “la esperanza es lo último que se pierde” y “la fe mueve montañas” así que acá estamos, luchando con ella para que salga adelante, le ofrecí a Piero que su madre viva con nosotros pero ninguno de los quiso, mi suegra prefiere seguir viviendo en la clínica donde vive y al menos a mí me gustaría poder cumplir con el sueño de hacerla abuela antes de que algo malo le pase, no sé qué pasará el día que nos deje, ella y Piero son lo único que me queda en la vida.
Hoy toca hacerme un examen completo, Piero no sabe nada, pero la inmobiliaria nos manda a hacer exámenes médicos cada seis meses, yo feliz porque es algo que debo hacerme siempre y gracias a mi trabajo los gastos son cubiertos por ellos, además me conozco la rutina de costumbre, siempre salgo bien en todo, lo único que me incomoda un poco es el examen ginecológica, el muy conocido “papanicolaou”, cuando toca mi turno cierro los ojos y pienso que estoy en el ejército, haciendo miles de ejercicios que no me gustan y que me cuestan trabajo, así cuando el doctor acaba yo no me di cuenta de nada de lo que ocurrió en ese consultorio.
-- ¡Cariño nos vemos en casa! – me dice mi esposo, miró a mi alrededor y veo que estamos en el estacionamiento de su empresa, debo pasar por la clínica antes de volver mañana al trabajo, Fátima nos trajo hasta aquí, y no me molesta, sé que Piero debe volver a trabajar hoy mismo mientras que yo recién lo hago mañana,
-- Lo siento mucho mi amor, no sabía que Fátima nos traería directo a la empresa – se disculpa Piero, no hay problema, todo está bien. Ahora que estaré con el ginecólogo le preguntaré si todo está bien abajo, estos días han sido intensos, he estado muy activa íntimamente y cuando Piero usa protección siempre termino algo irritada, por eso preferí que anoche no tengamos nada de intimidad, no me gustaría que el doctor piense que soy una maniática s****l.
-- No te preocupes cariño, nos vemos en la noche – me despido y tomo un taxi hasta la clínica, debo aprovechar que tengo todo el día libre.
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Mia llega a la clínica una hora antes de su cita, ella recibe su formulario y espera paciente. Sabe que tiene mucho tiempo hasta que la llamen, de pronto por el altavoz escucha claramente su nombre,
-- Señorita Mia Mandriotti pase a ginecología – Mia se asombra de que está vez la atiendan antes de tiempo, eso le pareció genial, Mia camina tranquila por el pasillo de pronto una mujer se tropieza con ella, las dos caen al suelo y ambas sueltan sus respectivos formularios, Mia levanta la mirada para encontrarse con unos ojos negros amenazadores,
-- ¿Por qué no te fijas por donde caminas?, ¿acaso no tienes ojos? – le dice la mujer frente a ella, Mia quiere hablar, pero Mariella solo toma su hoja del suelo, se levanta y deja a Mia con la palabra en la boca, Mia no podía creer que todavía existan personas como ella, tan desconsiderada y malcriada, Mia recoge su formulario, se levanta del suelo, sacude su ropa y camina hasta el área de ginecología, donde para mala suerte suya se vuelve a encontrar con la misma mujer de antes.
Al llegar al modulo Mia entrega su formulario, como era costumbre la clínica le entrega el formulario con las indicaciones listas, lo único que Mia debe colocar es su nombre,
-- Señorita por favor coloque su nombre – le pide la enfermera, Mia había olvidado colocar el nombre, como estaba fuera de rutina al venir directo del aeropuerto y de la empresa de su esposo ella olvido seguir el protocolo,
-- Disculpe usted – Mia colocó su nombre en la parte alta y le entregó el formulario, luego se ubicó en la sala de espera para ser llamada, por su parte la mujer que tropezó con ella había hecho lo mismo, de pronto una enfermera recogió ambos formularios y minutos después se escuchó,
-- ¿Señorita Mandriotti? – Mia se levantó extrañada, era la primera vez que todo ocurría tan rápido para ella,
-- ¡Soy yo! – respondió Mia,
-- Sígame por favor – le dijo la enfermera y Mia la siguió para que la revisen, incluso está vez pasaría por el ginecólogo primero, eso era una gran sorpresa para ella, pues siempre era el último examen que le practicaban, pero eso no le molesto para nada, al contrario, mientras más rápido terminé con eso era mejor,
-- ¡Buenos días doctor! – saluda al ingresar, el doctor la observa y asiente, al parecer estaba evaluando la figura y la condición de la paciente, a Mia le pareció que ese hombre la estaba mirando más como una mujer que como una paciente, pero prefirió no pensar más en eso,
-- ¿Señorita tiene conocimiento del procedimiento? – le pregunta el doctor y Mia asiente, lo ha venido haciendo cada seis meses desde hace un año y medio, está es la tercera vez que se lo hacen,
-- Si doctor, no se preocupe por mí. Se muy bien lo que debe hacer – le dice y piensa un segundo antes de levantarse e ir a cambiarse para colocarse la bata clínica, Mia sale y se acomoda en la camilla de auscultación que el doctor le señala,
-- Doctor, podría revisar si todo está bien abajo, quiero decir me parece que debe estar un poco irritado – le menciona Mia y se sonroja al hacerlo, el doctor frunce las cejas al oírla, era la primera vez que alguien que asistía a una inseminación artificial le pedía que revise si su vag¡na estaba irritada.