Mitch pone su mano en mi hombro.
-vamos
Yo no hablo. No puedo decir nada. Mi corazón late fuerte y rápido. Mi lobo aúlla en mi mente.
El gemelo me guía hasta el auto, de la misma manera llegamos hasta un hotel. No sé si estamos cerca o lejos de Paul. Estoy completamente embotado. Me siento mal.
-quieres ducharte?
Niego.
-está bien, acuestate, yo estoy aquí.
Quédate tranquilo. Ya veremos que hacer mañana.
-mañana nos vamos a casa Mitch.
-no
-no lo voy a contradecir, ya lo lastimé mucho, ahora está haciendo su vida, no tengo derecho a meterme.
-mira, mañana vamos a verlo, vemos como está, que hace, con quien está y si vemos que está bien, nos vamos quieres?
-está bien.
Me quedo tirado en la cama mirando el techo, pienso una y mil cosas, me imagino muchos escenarios, como podría haber vivido estos meses con mi pareja.
Cuando Mitch se despierta, yo sigo exactamente igual, en la misma posición, completamente vestido.
-amigo te ves como la mierda.
-gracias
-vamos a desayunar algo muero de hambre.
-no tengo hambre
-bueno yo si, vamos.
Me obliga a pasar al baño y mear, lavarme la cara y cambiar mi camiseta.
Hago todo con enojo como si me está obligando a hacer algo desagradable.
Vamos hasta una cafetería que está pegada al campus de la universidad.
-Estas mejor? Pudiste dormir?
-estoy mal, y no no dormí nada.
-bueno, cuando terminemos vamos a espiar a tu pareja a ver en que anda.
Solo suspiro y tomo mi café.
Después de un rato nos acercamos al campus, ahora hay más estudiantes, más vida y movimiento, podemos simular ser estudiantes sin problemas, y así llegamos hasta el edificio de Paul.
Siento su olor pero no lo vemos, no está ni en su cuarto, quizás está en clases.
Nos sentamos a esperar en un banco junto a un arbusto muy cerca de la puerta de ingreso.
A las 11 lo vemos llegar corriendo, vistiendo ropa de trabajo fea, de color amarillo y una mochila, se mete al edificio de forma bruta y desaparece.
Mitch solo me mira.
-debe trabajar en una cafetería, tenía un delantal atado en la cintura.
Le digo después de un momento.
No pasan ni 5 minutos cuando Paul sale nuevamente, de la misma forma acelerada, lleva en sus brazos una especie de maqueta de algo, parece una casa, y una mochila al hombro. Está despeinado, su cara se ve cansada, y se ha puesto dos zapatillas diferentes en sus pies.
-dios mio
Digo yo, mientras Mitch se ríe.
-no te asustes Clark, debe estar en época de exámenes o algo así, parece normal.
Habla señalando más chicos que se ven en condiciones parecidas.
Aunque eso no me tranquiliza ni un poquito.
Lo seguimos unos metros atrás hasta otro edificio, ahí si tiene clases, pasa unas horas dentro de un salón, y 2 horas más en otro.
De este último, salieron todos y él no, por lo que nos asomamos a ver si aún está o lo perdimos.
Y si, ahí está, con su cabeza apoyada en sus brazos, sobre la mesa.
Pensé que estaba dormido, pero no.
Esta despierto y desde aquí lo escucho llorar.
Le digo a Mitch que me espere aquí y entro al salón, me siento junto a mi pareja.
Levanto mi mano y dudo un momento en sí tocarlo o no, pero muero por hacerlo así que lo hago.
Le acaricio suavemente el cabello, y se asusta, no me había notado.
Sin levantarse, gira su cabeza hacia mi y me mira.
Llora aún más.
Yo lo acaricio, y consuelo. Trato de transmitirle mi amor.
-que sucede cariño?
Le pregunto después de un rato
Me mira con sus ojitos brillosos y mojados.
Lo tomo con mis manos y lo acerco a mi para poder abrazarlo. Y se deja, deja que yo lo abrace. Mete su rostro en mi cuello y poco a poco se tranquiliza.
Lo acaricio despacio en la espalda. Le beso el cabello.
-háblame Paul. Qué sucede? Por qué lloras?
-no pasa nada Clark. No te preocupes. Creo que verte nuevamente me revolvió todo.
-dime la verdad por favor. Yo estoy aquí. Estoy aquí contigo.
-deberías irte Clark. Vete al pueblo, vive tu vida. Yo sólo estoy cansado, no te preocupes.
-no quiero irme. Quiero estar contigo.
-no Clark. Ya no. Mejor vete. Yo estoy bien, estoy viviendo mi vida.
-ya olvídate de eso por favor. Ya te pedí perdón, reconozco que me equivoqué, que fui egoísta, que yo decidí por ambos y eso está mal. Por favor dame una oportunidad.
-ya no Clark. Ya no.
Se despega de mi. Y hace el intento de levantarse. Pero lo retengo con mis manos en sus hombros y le doy un beso.
Junto mis labios a los suyos, que están salados por sus lágrimas.
No me devuelve el beso al principio. Pero insisto, le doy pequeños besos en los labios en sus mejillas, en su barbilla. Lo escucho, hace ruidos suaves, y vuelvo a su boca. Ahora si me besa él, ahora si. Sus labios reciben a los míos con ganas, estamos desesperados.
Ni hablar mi lobo. Esto es increíble. La mejor sensación del mundo.
Sus manos me tiran el cabello, nuestras lenguas hacen un desastre húmedo en nuestras bocas. Es un beso lleno de hambre, de miedo, de dolor, de rabia. Me muerde con fuerza y hago lo mismo. Mis manos lo aprietan junto a mi marcando con fuerza sus caderas. Paul gime y lloriquea, de la misma forma que yo. Hasta que se escucha que Mitch nos llama.
-chicos. Hay mucha gente aquí queriendo ingresar al salón. Les falta mucho?
Rompo el beso y tomo a mi pareja con mis manos de sus mejillas. Limpio sus lágrimas y beso sus ojos.
-vete Clark. Tengo clases
Me habla en voz baja y tiene que aclarar su garganta 2 veces para poder hablar claro.
Lo beso de nuevo.
-te espero afuera. No te escapes por favor.
acaricia mis manos. -Después de esta clase tengo que ir a trabajar, no tengo tiempo.
Se aleja de mi y limpia su cara, se acomoda la ropa y el cabello. Pero no puedo moverme.
-ya vete.
-tenemos que hablar Paul. Por favor dime cuando podrás y yo espero.
-no lo sé Clark. No creo que sea bueno. Mejor vete. Dejemos que esto mue...
Le tapo la boca con mi mano, y lo acerco a mi. Pego nuestras frentes
-no lo digas. No digas eso. El vínculo sigue vivo porque ambos lo queremos así, ninguno ha querido que esto muera. Por favor Paul. Por favor dame otra oportunidad. Yo sé que tu me quieres. Yo
Se aleja otra vez de mi, pero de manera algo brusca. -vete. Yo después te llamo.
Se sienta más derecho en su silla y me ignora completamente, así que me levanto y salgo a la misma vez que veo a un profesor ingresar al salón. Me mira raro pero no me importa. Mitch esta parado recostado en la pared junto a la puerta.
-y?
-escuchaste todo lobo no me hagas repetir nada.
-bueno, intento ser un apoyo aquí.
-lo siento, discúlpame. Pero no me siento bien. Le está pasando algo, lo presiento.
-si, yo también. Vamos a quedarnos por aquí hasta que lo descubramos.