¿Quién soy y porque dices ser mi padre?

¿mi nombre es Andrea?

Después de una breve charla en donde evaluaron mi estado, me pude relajar con mayor facilidad estando sentada. La persona que hablaba con la que resulto ser mi doctor, salio de inmediato poco después de saber que estaba bien en busca de comida, no me dijo quien era ni de que hablaban...Pero no dejaba de parecerme conocido.

Mientras reposaba mi cabeza sobre la almohada trate de recordar que fue lo último que sucedió, acontecimientos, nombre, suceso... No llego nada a mi mente, todo intento fue en vano. Cerré los ojos con la intención de descansar mientras el medicamento hiciera efecto quitándole el dolor de cabeza.

Según el doctor que me ha estado tratando, es posible que no recuerde nada durante los primeros días, en caso de no presentar recuerdos, recibiré un tratamiento adecuado con especialistas. No me dijo nada sobre mi estadía allí, y ni siquiera le pregunte; solo me limite a esperar.

Una mano se posó sobre la parte baja de mi pierna, cerca del tobillo. Abrí los ojos sobresaltada por el tacto, no la sentí ni fría ni tibia, gracias a la sabana que me cubría. Allí pude ver al joven que hablaba con el doctor, minutos atrás, con empaque en la mano. Me estaba sonriendo y le devolví la sonrisa.

Se sentó en frente de mí sobre un sillón de cuero marrón de aspecto incómodo; el chico era apuesto, alto, con el pelo n***o alborotado y rasgos definidos. Con un movimiento elegante puso enfrente de mí la bolsa que cargaba en la mano; me costó que mis brazos respondieran, pero al hacerlo agarré la bolsa con las dos manos.

- debes de tener hambre - asentí ante su comentario, y era verdad, no lo había notado pero en verdad tenía hambre - me puedes hacer todas las preguntas que quieras.

- gracias. ¿Quién eres? - pregunte con inocencia mientras devoraba lo que resulto ser un emparedado.

- soy tu padre - me dijo de forma seca y directa. Me sorprendió escuchar eso pero más su semblante, frío como los copos de nieve, ni una emoción... Nada.

- eres muy joven...

- solo tienes 17 años - me interrumpió - sufriste un accidente automovilístico en donde murió tú madre Nícol y tu hermano Jonathan, te llamas Andrea y eso es todo por hoy, Me tengo que ir.

Intenté detenerlo, pero simplemente se fue, pocos minutos después entró el doctor, me indicó que podía llamar a alguna enfermera con presionar un botón y que si quería mayor comodidad podía acomodar mi cama desde un control.

Nada de esto me fue suficiente como para olvidar el semblante de mi padre, sus expresiones, su rostro. Se comportó tan frío y seco.

Quizás se sienta mal, quizás vuelva mañana, quizás el día de hoy no pueda dormir y sólo piense en nuestra conversación, o quizás es sólo un sueño... sea lo que sea, agradezco no pasar por esto aún con dolor de cabeza.