PERVERSO, el amor del millonario

Capítulo 15: Preocupación

EL ESTRÉS

"Estrés es un sentimiento de tensión física o emocional en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. El estrés es la reacción del cuerpo a un desafío o demanda"

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Luka

"— ¡Mamá! — Corro desesperado, mi padre ha enfermado de nuevo y cuando esto le sucede, no puede controlarse — ¡Déjala! ¡Papá, déjala! — Quiero ayudarla, pero soy tan pequeño que no logro hacerle daño.

— Cariño, ve a dormir — Escucho el susurro de mi madre sobre los gritos de mi padre, y mi llanto se incrementa.

— ¡Te detesto! ¡Eres el peor padre del mundo! — Mi grito se antepone a los suyos, se gira y se queda mirándome, tengo su mismo color de cabello y de ojos.

Antes, cuando yo iba a la escuela y podíamos salir de casa, la gente le decía a mi madre que yo era idéntico a mi padre, pero no quiero serlo, no quiero parecerme a un hombre que nos hace sufrir y que le hace tanto daño a mi mamá.

— ¿Qué has dicho? — Su fuerte voz me estremece, tengo miedo y muchas ganas de ir al baño, sin embargo, no puedo dejar a mi madre aquí sola, no con él.

— ¡Eres el peor padre del mundo! — Le repito, las lágrimas continúan derramándose por mis mejillas, veo a mi madre en el suelo, su cara inflamada, sus ojos aterrorizados ¿Viven esto todos los niños?

— Philipho, es un niño, no puedes prestar atención a sus palabras, está asustado — Dice mi madre rápidamente, levantándose y tomando el brazo de mi padre que se dirige hacia mí.

— Acaba de llamarme mal padre, a mí que lo he dado todo por él ¡Desgraciado, mal agradecido! — Grita, fuera de sí.

— Philipho, perdónalo, por favor, no le hagas daño — Siento el primer golpe en mi mejilla y antes de reponerme de este, el vacío en mi vientre y el miedo se agudizan, estoy volando por los aires, mi padre me ha lanzado contra una pared, escucho el ruido de mis huesos y siento el dolor más intenso de mi vida ¿Todos los padres son así? Pienso por última vez, antes de que todo se vuelva n***o a mi alrededor"

— ¡Luka! Hemos llegado al hospital — Abro los ojos de inmediato, la sensación de malestar se posa en mi garganta, todavía me duele la cabeza y el analgésico no ha logrado aliviar el dolor.

— ¿Me he quedado dormido? — Pregunto mirando a Rozo, la inquietud en su mirada.

— Unos minutos, podría ser efecto del medicamento — Antes de salir de mi oficina tomé una pastilla para el dolor, necesito estar en forma para enfrentar todo lo que está pasando y, sin embargo, de mi mente no han podido alejarse las imágenes de cuando era pequeño, no entiendo cómo puedo recordar de manera tan vívida lo que pasó con Philipho.

El odio que sentí en ese momento por él, vuelve con mayor potencia, al igual que el dolor, es como si hubiese vuelto a romperme los huesos.

— ¡Vamos! — Necesito ver a Gia, en este momento, mi cabeza es lo menos importante.

En realidad, los dolores han disminuido y no he vuelto a sentir molestias en mi cuerpo desde hace algunos días, hasta hoy, que la intensidad de este me ha obligado a detenerme un minuto, antes de salir corriendo, a ver a mi esposa y antes de tener que enfrentarme al hombre que más detesto en el mundo, un hombre con el que no he vuelto a hablar personalmente desde hace más de veintiocho años.

Rozo tiene razón, cuando empecé mi trabajo como el señor perverso, a la primera persona que destruí fue a Philipho Makris, hice de todo para dejarlo en la ruina y devolverlo a su país de origen humillado, sin el respeto de la gente que antes le temía, sin embargo, nunca hablé con él, nunca me enfrenté al monstruo de mis pesadillas cuando era niño, al hombre que causó que mi madre derramara lágrimas durante muchos años.

En ese momento me dije que no tenía por qué gastar mi tiempo hablando con una escoria como él, lo destruí y luego me enfoqué en otras cosas, pero la realidad es otra, en realidad, nunca he querido enfrentarme a él, porque no quiero sentirme débil ante nadie, no quiero volver a ser un niño de casi seis años, con miedo hasta de su sombra.

— ¡Luka! — Me abstraigo de mis pensamientos y observo a Rozo y a Thomas, han descendido del auto y me esperan.

— ¡Vamos! — Vuelvo a repetir e intento quitarme el mal sabor de mi boca, cierro mi mano en un puño, está temblando, no puedo permitir que este hombre me afecte de esta manera, ahora es un anciano, está acabado, no le queda nada y a pesar de todo esto, al parecer embarazó a mi hermana.

No voy a permitir que se quede con Jean, no va a quitarme a mi hijo, lucharé con él hasta destruirlo por completo si es necesario, Philipho no se merece tener como hijo a un niño tan especial como Jean, no se merece tener ningún hijo y punto.

— ¿Cómo está Gia? — Pregunto a uno de los escoltas que se encontraba con ella en la Universidad.

— Está recuperándose, señor Meyers — Responde el chico muy serio.

— ¿Qué ha sucedido? — Rozo es un jefe muy exigente y sé que estos chicos tendrán que explicar con detalles el hecho de que Gia resultara herida.

— No estamos seguros, señor — Contesta — Sospechamos que se golpeó con la puerta en el momento en el que entramos a los aseos, aunque existe la posibilidad que el hombre que se encontraba con ella la haya golpeado — Tiene lógica, pero la única persona que puede resolver nuestra duda es Gia, no confío en la palabra de Philipho.

— ¿Dónde está mi esposa? — El hombre me guía y logro ser llevado hasta su habitación.

— ¡Tesoro! — Verla en la cama de hospital intensifica mi dolor de cabeza, no puede ser verdad que Philipho la haya golpeado a ella también, mi deber es protegerla, no dejarla a merced de un monstruo — ¿Qué te ha hecho Philipho? — Pregunto tomando sus manos y besando su frente.

— Luka, tranquilo mi amor, no me ha hecho nada, no ha sido nada grave, solo me he golpeado con la puerta — Respiro profundamente y cierro los ojos, no sabía que estaba tan tenso, pero pensar que Gia o alguien de mi entorno vuelva a ser víctima de este hombre, me genera un estrés increíble.

— ¿Qué ha pasado? — Necesito información, necesito sacar a Philipho de nuestras vidas.

— Fue algo muy extraño, ¿Conoces a ese hombre? Porque creo que es el padre de Jean y tengo mucho miedo, es un hombre muy mayor — Me dice Gia, pensé que Philipho le había dicho quién era, yo le conté la verdad a Gia, pero nunca le dije los detalles o el nombre de mi padre biológico.

— Gia, necesito que recuerdes todo lo que te dijo, es importante — El hecho de que Gia crea lo que las pruebas de ADN están confirmando todo, me eriza la piel, todavía no puedo creerme que Jean, además de ser mi sobrino, sea mi hermano.

— Dijo que quería ayudarnos, lo repitió en varias ocasiones, pero yo no entendía de qué estaba hablando, le dije que hablara contigo, pero me respondió que no le permitirías acercarte a él — Cierro los ojos, al descubrir que se acercó a Gia para enviarme un mensaje ¡Maldito enfermo!

— ¿Te dijo quién era? — acaricio su cabello, me duele que se haya golpeado, no deseo que le suceda nada malo, nunca.

— Solo su nombre y que era el padre de Jean — No puedo creer que le haya confirmado ese hecho.