ENTREGA
Acción de dar o poner en manos de otro, en su poder, a su disposición una persona o una cosa, para que cuide, disponga de ella o la conduzca a donde corresponda o quiera. Abandono a las pasiones. Sometimiento. Rendición, capitulación.
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Cinco años antes
Primer aniversario de bodas
Gia
— ¿Puedo abrir los ojos? — No sé por qué me puse tacones hoy, cuando tienes hijos pequeños los tacones son en lo último que piensas o al menos yo y sumado a que me la paso corriendo de un lado para el otro en la universidad, pues peor, he seguido un curso de verano de refuerzo que ha terminado hoy, gracias a Dios; porque al estar los niños tan pequeños y a pesar de la ayuda que he tenido, me faltó tiempo para estudiar — Cariño, estoy muy cansada te lo juro, esta noche solo quisiera dormir — Durante este año han pasado tantas cosas que todavía siento que vivo en un cuento de hadas, después de pasar por una pesadilla ¡Claro!
— ¿Podrías dejar de quejarte? ¡Me desconcentras! — Sonrío y me quejo al trastabillar y casi caerme de cara contra el piso, el brazo fuerte y musculoso de Luka me sostiene — Tesoro, no has tomado una gota de licor, voy a empezar a pensar que, en lugar de estudiar medicina, estudias alcoholemia — Vuelvo a reír y me da hipo, lo que tengo en realidad es hambre, comí un bocadillo al medio día, pero ya son casi las nueve de la noche.
— Muero de hambre, ¿Vas a alimentarme? — Le digo suavemente y dejo una de mis manos sobre su fuerte brazo, su otra mano no se separa de mis ojos.
— ¿Eso es lo que quieres? — El día que Luka deje de pensar en sexo como un adolescente, dejará de ser Luka.
— ¡Siempre! — Susurro y siento como su erección crece contra mi espalda.
— Tesoro — Me susurra y como siempre, mi cuerpo se estremece — ¿Has bebido? — Me pregunta con calma, quiero decirle que sí, que estoy completamente borracha, pero lo único que puede embriagarme es él, no tomo una gota de alcohol desde que me quedé embarazada de Jérémie.
— No, pero puedo beber otra cosa, sabes de lo que hablo— Me giro y susurro contra su cuello, no sé dónde estamos o si ya llegamos al lugar a donde me lleva, pero escucho el sonido de mis tacones y de sus pisadas fuertemente ¿Estamos en un sótano?
— Cuando lo desees tesoro, sin embargo, en este momento, yo tengo el control — A veces lo odio.
Durante este año de matrimonio, he descubierto que la vida en pareja no es solo sexo, así a los dos nos encante, somos padres de dos niños de un año y medio, por lo que hemos pasado noches sin dormir, en la clínica, con los dos en nuestra cama, hemos intentado follar después de que se duermen para ser llamados intempestivamente en medio del acto, hemos salido a cenar, a cine y hasta hemos intentado pasar una noche tranquila en un hotel y hemos dejado a los niños con la niñera, para llamarla cada cinco minutos o hablar de ellos sin parar.
En resumidas cuentas, dos hijos, más las horas de estudio, las clases en la universidad y el trabajo de Luka que es bastante absorbente, nos han dejado con una vida s****l bastante reducida, por lo que empiezo a reírme descontroladamente cuando observo el lugar al que me ha traído.
— Es una bodega que se encuentra bajo cubierta, no hay señal de teléfono y no hay nada a su alrededor — Me gira tomando mi cintura con fuerza — Aquí soy el señor Perverso y puedo hacer lo que quiera contigo, Tesoro — Me muerdo los labios y trago con fuerza, mi boca completamente reseca.
Siempre le digo que me parece injusto que él pueda llamarme todo el tiempo de la misma manera "Tesoro" y yo tengo que cambiar el apelativo cariñoso con el que lo llamo en nuestra vida en general, puesto que sería un poco extraño decirle "Señor" o "Señor perverso" en la cotidianidad.
— Cariño, no podemos quedarnos sin red telefónica, lo sabes — Deja su frente contra la mía y me cierra un poco más contra su cuerpo, amoldando mi pelvis a la suya, gimo al sentir su erección.
— Solo dos horas, Luego estaremos disponibles para el mundo y, además, los niños están con Ariana — Abro los ojos asustada, amo a mi amiga, pero últimamente anda un poco despistada la pobre y no sabe nada de niños — Y tu madre — Suspiro, eso está mejor.
La bodega se ve realmente abandonada y hace un poco de frío, a pesar de que estamos en verano.
— ¿Cómo haces para encontrar un lugar donde en pleno agosto hace tanto frío? — Luka me guiña el ojo y se aleja.
— Ven, Tesoro. Tienes hambre, voy a alimentarte — Se aleja y se detiene al lado del único lugar increíblemente adaptado con una cama de barrotes y sabanas de seda blancas y una mesa a su lado con una botella de champaña en una hielera y algunos aperitivos —
Quítate la ropa, déjate los tacones y siéntate en la cama — Levanto una ceja ¿En serio?
Si quiere jugar al amo, voy a seguirlo, al final ha logrado que tengamos unas horas solos y solo por eso le haría la mamada que quisiera.
Camino lentamente hasta acercarme a la cama, mi vestido tiene una cremallera en la espalda, intento desabrocharla sin perder la sensualidad, algo un poco complicado y que logro hacer de solo pensar en las ganas que tengo de que me haga todo lo que quiera.
Desciendo el vestido lentamente y lo hago girar con mi pie, levantando levemente la pierna.
Me giro y le doy la espalda, luego me inclino lentamente mientras con un dedo de cada mano deslizo con mucha calma mis bragas.
Escucho como carraspea y lo imagino completamente erecto y concentrado en mi culo respingado.
Vuelvo rápidamente mi cara y le guiño un ojo, cuando observo de perfil como se lleva una mano a su corbata y empieza a quitársela.
Mi cuerpo se estremece, me encanta verlo vestido de traje, se ve tan poderoso y sensual que solo pienso en entrar en su oficina y follármelo sobre el escritorio.
Me giro y me siento en la cama, extiendo mis brazos y apoyo mi cuerpo en ellos, abro las piernas, mi centro completamente húmedo, expuesto ante su mirada.
— ¡Perfecta! — Exclama y se dirige hacia la pequeña mesa, toma un pequeño aperitivo y lo lleva hasta mi boca — ¡Come! — Deslizo mi mirada y observo sus largos dedos sosteniendo la comida.
Muero de hambre, lo juro, pero en ese momento preferiría tener su gran m*****o en mi boca, trago con fuerza, abro la boca y muerdo intentando ser lo más sensual posible, mi mirada baja y profunda.
Su dedo se desliza por mi garganta, desciende por mis senos y se detiene en mi centro húmedo, pero no me toca, aleja la mano y mientras observo como toma otro aperitivo, siento su otra mano deslizarse hasta mi centro y como su dedo se introduce en mi interior mientras me ofrece la comida.
— ¡Traga! — Lo hago de inmediato.
Continúa alimentándome, introduce un segundo dedo y sigue moviéndolos sin darme tregua.
Comer, mientras eres increíblemente estimulada, es una sensación extraña, trago con fuerza, muevo mi mano y la llevó hasta su muñeca, quiero detenerlo y hacer que me penetre más deprisa.
— Chúpalos — Luka deja de alimentarme y saca sus dedos de mi interior, se inclina y los introduce en mi boca mientras la suya se posa en mi centro, su lengua húmeda ataca mi clítoris, yo chupo fuerte y la intensidad de mi sabor se mezcla con el de la comida.