Punto de vista de Lilith ———————————————————— Mi corazón latía con fuerza mientras veía a Damián caminar hacia la oficina. No lo había visto desde aquel día que fui a retirar mis cosas. Todavía recordaba con el descaro con el que me habló y como se regocijó de que yo me fuera sin nada. Gracias al abogado que Atlas me consiguió no tuve que verlo en los tribunales, pero estaba segura de que él no había aceptado de buena gana los papeles del divorcio. El primer abogado que contraté gracias a la ayuda de Maite fue muy claro, Damián le había dicho que nunca se divorciaría de mí, que si tanto quería separarme de él entonces yo tendría que ir y rogarle. Cosa que nunca haría por supuesto. Respiré hondo y me obligué a mantener la calma. No podía dejar que esto me afectara. No aquí. No ahora.
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