Diana intentaba esconderse inclinando el rostro cubriéndose con el cabello, mientras se debatía un poco tratando de soltarse. Luego el rostro de Jonathan volvió a cambiar su expresión por una de genuina preocupación por su integridad física. —¿Tú estás bien? Dime que paso… ¿las atacaron? ¡Déjame verte! Ella seguía negando con la cabeza y resistiéndose a mirarlo, se debatía y quería irse, pero la mano de Jonathan la retenía con fuerza. En lo que le pareció un parpadeo, la soltó, pero solo para sujetarla por la nuca y obligarla a mirarlo. Ella se aferró a sus brazos jadeando e involuntariamente se lamió los labios con nerviosismo, el gesto no le pasó desapercibido y sintió un tirón ya conocido en la entrepierna. Aun después de tantos años, Diana seguía afectándolo de la misma manera q