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—Cuando no quiero ir al colegio me obligas a ir y cuando quiero ir, no me llevas.
Su hijo llevaba horas quejándose porque no lo llevo al colegio. Quería invitar personalmente a Johnny a su cumpleaños y juntos idearían un plan para convencer a su padre de que lo dejara ir hasta la hacienda.
—Cariño, puedes decírselo por teléfono.
—No es lo mismo, no es un amigo como cualquier otro.
—Las invitaciones ahora se pueden enviar por mensaje de w******p. Lo he hecho antes y te prometo que esta vez tendrá un diseño especial y uno exclusivo para Johnny con el personaje que tú quieras.
—Bueno pues… ya que…
—Oye, qué pasa con eso ¿No quieres ver a los abuelos? Ellos te adoran y se sentirán muy felices de verte.
—Si, pero… me hubiese gustado despedirme de él en pers
