Aun sollozaba cuando la envolvió en sus brazos, como aquella noche en su departamento, pero a diferencia de aquella vez, tardo mucho más tiempo en ceder y solo se dejó abrazar sin corresponder, pero no le importo, ya habría tiempo para eso. —Hay… hay una habitación disponible para que descanses. Lamento que nadie te ofreciera una pero… —No te preocupes por mi. Dime que pasa, ¿qué haces aquí afuera a esta hora? —Necesitaba salir y tomar aire, pero… tuve que esperar a que todos se fueran a dormir. —Lamento mucho todo esto. Si yo hubiese sabido que mi presencia aquí te causarían tantos problemas… —Bueno… no podías saber los planes que teníamos ¿cierto? —Ni tu ni Iván respondían el teléfono. Y yo, tome la primera oportunidad que se me presento. —Lo sé y lo entiendo, sin embargo y