Alexandro
— ¿La seguimos, señor? — Relajo los puños de mis manos al escuchar la voz de uno de los miembros del equipo de seguridad.
Keira está acabando con mi paciencia, solo quería verla unos segundos antes de cumplir con los pedidos de mi padre. Esta noche es crucial para acabar con todo este complot y que mi padre por fin asuma sus responsabilidades como rey y como padre.
Por alguna extraña razón, mi padre piensa que se está fraguando un complot en su contra para quitarle el trono y a pesar de que intento que mire un poco más allá de su ombligo, no logra comprender que en esta ciudad se están llevando a cabo todo tipo de actividades delictivas que pueden poner en peligro el orden establecido en nuestro país. Lo del complot es importante, pero no lo es todo.
— No, déjala irse — Me subo al coche y me pongo una sudadera negra con capucha, enciendo el auto y me dirijo a la pista abandonada, donde seguramente se encuentra Keira.
Espero que no se le ocurra correr porque entonces tendría que intervenir y hoy solo debo concentrarme en los hombres que van a negociar con el dueño del Maserati.
Mientras avanzo en el Ferrari que me prestó uno de mis amigos de la universidad y que llegó esta tarde al pueblo, me sorprendo al ver la cantidad de jóvenes y alcohol que se ve en esta fiesta. No pensé que en este pueblo hubiese tanta gente joven.
— La fiesta al parecer es un éxito, han venido personas de todos los pueblos y ciudades cercanas — Me informa Mario, uno de los integrantes más jóvenes del equipo de seguridad, que se ha vestido de la misma forma que lo hecho yo, la diferencia es que lleva una gorra en lugar de una capucha.
No puedo permitir que alguien me reconozca, la policía seguramente llegará en algunas horas y sin miedo a equivocarme, diría que los medios de comunicación también estarán en este lugar, esperando encontrar desprevenida a alguna persona famosa o a un m*****o de mi familia.
— ¿Dónde diablos están? — Varios de mis hombres se encuentran infiltrados entre la gente, estamos buscando al Maserati.
— No está aquí, jefe. Lo siento — Estaciono el auto detrás de un grupo de jóvenes que se encuentran muy animados jugando a las camisetas mojadas con las burbujas de la champaña.
Tamborileo mis dedos contra el volante, esto se está saliendo de control, se supone que el Maserati sería traído del garaje en el que trabaja Keira y en este lugar su dueño se reuniría con sus socios.
Observo a la gente a mi alrededor, han prendido varias fogatas y la música se escucha a todo volumen.
— ¿Dónde diablos estás? — Susurro y continúo observando el lugar.
Una de las carreras acaba de terminar, como siempre, han empezado con los principiantes e irán subiendo el nivel a medida que la noche, el alcohol y las apuestas aumenten.
— Estamos seguros de que no se encuentra aquí, jefe. Sin embargo, continuamos buscándolo — Me dice Mario y lo observo sin comprender de lo que habla.
— Por supuesto que está aquí, no es tan difícil identificar mi Cámaro — Le digo y busco a Keira entre toda esta gente.
Me hierve la sangre al recordar como estaba vestida, a pesar de que se veía hermosa, como siempre, no pude dejar de imaginarme a todos los hombres observando con lascivia sus largas piernas o deseando sus duros y perfectos senos. No voy a permitir que nadie la toque, ni siquiera mi hermano.
— Por supuesto que sabemos donde se encuentra la señorita Wintter, está preparándose para competir contra el hijo de uno de los líderes de la banda más grande e influente de la ciudad — Salgo del auto en el momento en el que escucho la respuesta de Mario ¿Qué diablos le pasa a esa mujer por la cabeza?
Me camuflo entre la gente y me acerco a la pista, voy a sacar a Keira de este lugar, aunque tenga que llevármela en volandas.
La observo desde lejos, se encuentra rodeada por un grupo de hombres que no dejan de mirarla, a algunos de ellos los he visto en el taller donde trabaja.
Su amiga se acerca corriendo hasta donde ella se encuentra y le habla al oído, ella sonríe y mira más allá de donde se encuentra su amiga, para luego pasar por su lado y dejarse abrazar por un rubio que acaba de llegar. ¡Jess!
No comprendo la necesidad de este tipo de estar todo el tiempo cerca de Keira, bastante me costó aceptar que durante un tiempo continuara viviendo con él, a pesar de que habían terminado su relación.
— Señor — Siento una mano posarse sobre mi hombro y vuelvo mi fría mirada contra Mario que ha osado tocarme — ¡Perdón, señor! ¡Lo siento! Si me permite, solo me gustaría que reconsiderara lo que va a hacer, la señorita Wintter llego a este lugar en el auto que usted más aprecia de su colección y esa es una información de dominio público, así que si alguien lo reconoce en medio de una escena de celos, seguramente pondrá en el ojo público a la señorita Wintter y no olvide que usted está comprometido en matrimonio con la futura duquesa — Mario baja la mirada cuando termina con su monólogo.
¡Ha dicho escena de celos! Si no tuviera razón en todo, lo despediría en el acto por exceso de confianza ¡Maldición! Me carcomen los celos.
Observo como Keira continúa hablando con Jess, y Serena, que está despampanante como siempre, se acerca a ellos y es abrazada y besada por él.
— Vamos, sigamos buscando el Maserati e impidan que Keira participe en esa carrera — En el momento que voy a girar para volver al lugar donde dejé estacionado el Ferrari, Observo como mi hermano se acerca sigilosamente hasta donde se encuentra Keira y la abraza desde la espalda, extendiendo sus manos contra su vientre — ¡Maldito sea! ¿Qué hace tocando a mi mujer? — Gruño y doy dos pasos hacia ellos.
"Señor, hemos encontrado el auto" — Escucho a uno de los hombres por el intercomunicador que el equipo está utilizando — "Está cerca de los arbustos del lado este de la pista" — Vuelvo mi mirada hacia el lugar donde se encontraba Keira y el estúpido de mi hermano y en su posición se ha instalado otro auto ¿A dónde han ido?
— Va a correr, señor — Me dice Mario y mirada se dirige al área de salida y donde mi Cámaro se encuentra alineado al lado de un Maserati blanco.
— ¿Qué diablos pasa con los Maseratis? Voy a desaparecerlos todos de mi país — Grito frustrado — ¿Por qué diablos le han permitido correr? Ordena que la saquen de ahí, ¡ahora! — Mario empieza a habla por teléfono y segundos después observo a varios hombres llegando hasta donde se encuentra el Cámaro. Sin embargo, mi hermano los detiene y Keira aprovecha el momento para subirse al auto.
— Señor, tenemos que irnos — Escucho de nuevo la voz de Mario y empuño las manos.
— ¡Maldición! — Grito frustrado, cuando Keira acelera el coche con tanta potencia que mi corazón se detiene pensando en lo que sucedería si tiene un accidente.
Miro hacia la pista por última vez y camino a paso rápido hasta llegar al Ferrari, Mario y yo nos subimos al auto y nos dirigimos al lugar donde se encuentra el Maserati.
Me estaciono unos cuantos metros antes del lugar donde está estacionado el auto. Caminamos entre varios camiones que al parecer están estratégicamente situados.
Los hombres del equipo se reúnen con a nosotros y nos acercamos al auto.
— Hasta ahora no ha pasado nada importante señor, al parecer están esperando a alguien — Dice uno de los chicos.
Las hogueras y la cantidad de gente que se encuentran en este lugar han hecho que la temperatura aumente, es una noche bastante calurosa.
— ¿Quiere agua, señor? — Mario me entrega una pequeña botella de agua que tomo de un solo trago.
— ¿Y Keira? — Pregunto.
Mario vuelve a hablar por teléfono.
— Ha ganado, señor — El orgullo se apodera de mi ser, saber que mi mujer le ha ganado a ese imbécil me llena de satisfacción, aunque no esté autorizado a mostrarlo y menos a ella.
— ¡Bien! — Escuchamos el ruido de neumáticos y observamos varios autos de lujo detenerse cerca del Maserati.
— Señor, le pido que por favor espere la señal para actuar — Asiento y me concentro en lo que está sucediendo a tan solo algunos metros de nosotros.
— ¡No es posible! — Susurro al observar a la mujer que sale de un auto n***o y al hombre que desciende del Maserati ¿Qué diablos?
La desilusión hace presa de mí mientras observo como otras personas que conozco y algunas que nunca había visto en mi vida descienden del auto ¿Qué significa esto?
"¿Qué es esta locura? Necesito que actúen pronto, no voy a permitir que Luc continúe en el poder" — Escucho por los audífonos su voz que conozco como ninguna otra.
¿Mi madre está organizando el complot? ¿Con qué objetivo? ¿Acaso no confía en mí y quiere que Nilo sea el rey?
— ¿Cómo? — Me callo al escuchar de nuevo la voz de mi madre.
"Esto ha tardado mucho tiempo, ya no soporto sus borracheras y gritos, es un hombre tan prepotente y narcisista que estoy perdiendo la paciencia" — Su voz suena bastante alterada.
"Qué propones, querida" — Escuchar la voz de ese hombre se siente como si me hubiesen clavado en cuchillo en el pecho y luego lo removieran.
"Alexandro debe casarse con Carlota, tienes que sacar del mapa a esa chica, ella debe desaparecer de inmediato y, el rey debe ... " — El fuerte ruido de las sirenas de la policía y la gente gritando no nos permite escuchar la última frase que ha dicho mi madre.
La suben de inmediato al auto y los participantes de la reunión se alejan.
— Señor, debemos irnos ahora — Subo al auto.
— ¿Keira? — Pregunto inquieto, mi hermano estaba a su lado y no confío en él.
— Al parecer se ha ido, señor — Me responde Mario.
— ¿Y Nilo?
— Al parecer se han ido juntos, señor — Golpeo el volante con fuerza, mientras mi auto pasa por el lado de los coches de la policía sin ser detenidos.
— ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! —Grito golpeando el volante — ¡Encuéntrala!
Por ahora tengo que hablar con mi madre, no puedo creer lo que ha dicho, si gracias a uno de los conductores, no hubiese escuchado lo que dijo, jamás lo hubiese creído.