Valentina sentada en el auto, su pequeño corazón palpitaba, no entendía por qué la cara de Nathan era tan sombría y aterradora. Lo más seguro es que sea bipolar o algo así, nadie tiene cambios de humor tan rápidos El teléfono en el coche sonó, rompiendo el silencio incómodo entre ellos. —Hola. Nathan se puso el auricular Bluetooth y contestó el teléfono. —Bueno ... ¿Cuándo? ... Ok, te recogeré ... Sí, está bien. Valentina miraba el paisaje con una expresión aburrida, retorciéndose sus dedos y jugando con ellos, no le interesa el contenido de las llamadas de otras personas. Cuando el automóvil llegó a una gran intersección, Nathan dio la vuelta de repente. Con un chirrido, el coche giró ciento ochenta grados. Sin previo aviso, Valentina casi choca con el parabrisas. ¡Maldición! ¿N