«La vida había sido maravillosa desde que se casaron. Probablemente sea porque estoy tan cansada de estar sola que cuando alguien me trata bien, suelo magnificarlo. Esa es la razón por la que siento algo distinto por Nathan. Me siento indefensa, será mejor que lo deje hasta aquí» pensó. —Valentina... El cuerpo de Nathan estaba sudado, su cabello estaba incluso mojado y se veía a leguas en la sabana. Ella trajo una toalla y le secó la cabeza de manera tierna, pero seria. —Nathan… — susurro Valentina mientras le secaba el cabello. —No estoy enamorada de ti, no me malinterpretes... sé que las palabras de ese día te enojaron, pero no te preocupes, solo tengo miedo de perderme en el encanto del gran jefe. Ya he entendido, que no hay ninguna posibilidad para mí, así que no te preocupes no de