Nathan frunció el ceño, en su corazón quería consolarla, pero no sabía que podía hacer para animarla, nunca tuvo a su madre, no sabía lo que era tener a alguien así en su vida. ---Tú sube --- dijo durante un largo rato, tratando de hacer que Valentina se callara ---Si tu madre se despierta, llámame y subiré. ---Está bien --- Valentina evitó su mirada. Secando sus lágrimas se apresuró a subir las escaleras. Mirando la pequeña figura de Valentina, Nathan silenciosamente sacó el teléfono. --- ¿Lucas? ---¡Vaya! --- Se escuchó una voz estridente desde el otro lado del teléfono --- Dios mío, el sol está saliendo por el oeste. ¿A qué debo el placer? ---¡Lucas! --- Nathan dijo fríamente, apretó los dientes. ---¿Ja, ja, ja, oye, cálmate! ¿A qué se debe tu llamada.? ---¡Podrías callarte! —Na