Valentina, había dado vueltas toda la noche, no estaba acostumbrada a este nuevo ambiente. Fue solo hace unas horas, que el sueño finalmente la supero. No tenía idea de la hora que era, pero había escuchado la puerta, abrirse y cerrarse como si alguien saliera de la habitación. Sin embargo, una voz le susurro al oído. —Es hora de levantarse... Era una voz suave y sexy. «¿Quién es esa persona con voz de ángel? No puede ser Nathan, ¿verdad? ¿No ha salido ya?» —Valentina, tienes que despertarte. Ella murmuró algo dormida, y como aún no quería despertarse, se dio la vuelta. Ni siquiera un ángel podía sacarla de la cama, mientras que la alarma aún no haya sonado. Nathan se inclinó y continuo susurrándole al oído. —Es hora del desayuno... «¿Desayuno?» —Es muy temprano para comer, pre