Con un movimiento experto, el equipo médico comenzó el proceso de extubación. Charlotte sintió una presión en su garganta seguida de una sensación de ahogo momentáneo que la hizo toser violentamente. El aire frío llenó sus pulmones por primera vez en días, una sensación a la vez dolorosa y liberadora.
―¡Excelente! Signos vitales estables, respuesta pupilar normal ―anunció otra voz, esta vez más cerca de ella―. ¡Ahora sí, se nota conciencia plena, ya mueve las manos y su mirada es fija y reactiva!
Poco a poco, el mundo a su alrededor comenzó a tomar forma. Las siluetas borrosas se transformaron en rostros, algunos sonrientes, otros concentrados. El olor antiséptico del hospital inundó sus fosas nasales, trayendo consigo una avalancha de recuerdos confusos.
Entonces, como si un velo se hu
