El domingo seguía su típico ritmo de día lento y tranquilo. Alex informó a su hermano que ya había contado su secreto a los compañeros que vivían con ella, eso hizo que el joven se presentara antes de lo habitual en su dormitorio. -¡Visita sorpresa! - gritó mientras abría la puerta del pequeño departamento/dormitorio de su hermana - Dylan, por el amor a Dios, un día nos vas a matar de un paro cardíaco - lo regaño su hermana mientras golpeaba su hombro -. ¡Hola Pat! - saludó al morocho que acompañaba a su hermano. -¿Pat? - preguntó él levantando una ceja. - Es muy largo Patrick, asique... - Se encogió de hombros y giró para sentarse en un sillón. Ambos chicos entraron en la habitación donde los tres compañeros estaban dispuestos a mirar una película para matar el tiempo, cerraron la p