Xandría pasó los días en La Rossé y aunque a su octava noche se sentía de nuevo una más de la institución, se dio cuenta de que las cosas no eran como antes. Cosas extrañas ocurrían y algo le decía que Eilé no estaba del todo en sus cabales. Después de todo, ser traicionada por alguien en quien confiaste durante tantos años debía de tener sus consecuencias de una u otra manera. Micaela era una buena Ama pero faltaba mucho para que siguiera los pasos de su madre. Xandría pensaba en todo eso mirando el atardecer desde su habitación, fumando un cigarrillo mientras estaba descalza y vestida con un body n***o.
Su teléfono sonó y frunció el ceño. ¿Quién podría ser? La gente de Meditech estaba bien sin ella, se lo habían recalcado muy bien y todo lo demás lo atendía por correo. Su respiración se
