La fiesta era exquisita, la música animada hacía que todo el mundo se relajara, saliera de su zona de confort y se animara a pasar una noche distinta. Las sumisas embarazadas habían sido también invitadas, nadie quería excluírlas y aunque algunas de ellas había tenido problemas, la realidad es que las únicas que tenían una relación real con sus Amos habían sido protegidas por estos quienes prometieron hacerse cargo de sus responsabilidades. Las que tenían Señoras a su mando, bien, estas estaban haciendo su parte. La Rossé era una comunidad y todas se ayudaban entre sí. -Linda fiesta, Micaela- la rubia sonrió antes de girarse. -¿Quieres ponche, Medusa?- preguntó a Xandría. -Por favor- dijo amablemente y recibió la bebida de color verde jade- ¿Qué es? -Algo mágico- dijo misteriosa y eso