CAPÍTULO OCHO El hombre de la tienda india se limitó a mirar a Riley con ojos grises grandes. Riley miró el vagabundo y el gran reloj de arena delante de él. Le pareció difícil decidir qué era lo más sorprendente. Rags Tucker tenía cabello gris largo y una barba que le llegaba hasta la cintura. Su ropa suelta hecha jirones complementaba el look. Naturalmente, se preguntó... “¿Este tipo es un sospechoso?”. Le pareció difícil de creer. Sus extremidades eran flacas y larguiruchas, y no parecía lo suficientemente robusto como para haber llevado a cabo cualquiera de estos asesinatos. Parecía bastante inofensivo. Riley también sospechaba que su aspecto desaliñado era una pantalla. No olía mal, al menos desde donde estaba, y su ropa se veía limpia, a pesar del desgaste. En cuanto al reloj