Nuestra noche

3332 Words
Cristina Fernandez La gala fue todo un éxito se logro recaudar una gran cantidad de dinero, esta vez para niños huérfanos. Estoy emocionada, y nerviosa, no soy virgen pero de cierta manera así me siento, no estoy enamorada de Casillas...Creo, pero si me encanta y me atrae como ninguna otra persona lo hizo jamás, he sido especialmente despiadada con él por esa razón, y es que tenía miedo de dejarlo acercarse mucho a mí. Salimos, disimulando lo más posible ante mis amigos, él primero y yo después…Pero apenas salgo me espera afuera cerca de la entrada, me hala del brazo y comienza a besarme en pleno estacionamiento, solo me dejo llevar por todas las sensaciones que está provocando en mí, no me canso de besarlo, lo tomo del cuello y lo acerco lo mas que puedo a mí, me enciende inmediatamente, mi cuerpo despierta, toda mi piel se eriza y gimo en su boca. Él no se queda atrás sus manos se deslizan de mi espalda baja hasta mis nalgas y las presiona, volviéndome literalmente loca, jadea, mientras reparte besos por toda mi cara, lleva una espesa barba que me excita aun mas, lo siento tan macho y varonil, definiéndosela mas tendría muchas mujeres detrás de él. Nos besamos sin control, dejándonos llevar por lo  evidente, ambos nos deseamos estoy húmeda me duelen los pechos, quisiera me los apretara, sus manos recorren mi cuerpo sobre la ropa.  –Llévala a un hotel. – Grita Alex desde su auto cuando va de salida, me rio sobre su boca, pero estoy roja de la vergüenza nunca me habían descontrolado tanto con un beso, seguimos abrazados a pesar de la interrupción,  sintiendo la presión en mi vientre de su m*****o; Duro, grande y caliente, porque a pesar de la ropa se traspasa su calor. Aquí estoy caminando a su lado, me siento como una res camino al matadero, pues tengo dudas como quedaré después de nuestro encuentro, el respira con agitación, sé que no soy la única nerviosa aquí, no me he acostado con nadie más que con Mauro ¿si no le gusto?, me da miedo abrirle mi corazón y mis piernas. –No entiendo los nervios de él, es decir sé que no es un mujeriego, pero tampoco, decidió mantenerse célibe como yo. Subimos a su auto, me siento tímida, al parecer le tengo miedo al cuero, después de matar el tigre, Casillas no parece él, tiene los ojos oscurecidos y brillantes por el deseo, no se deja llevar por mí, me somete a su ritmo y debo confesar que la situación me encanta. En el auto, seguimos con la sección de besos calientes y aprovecha el vestido para meterme mano como desea, estoy totalmente húmeda, me da unos besos arrebatadores haciéndome gemir y suspirar, ya no pienso en nada coherente, solo espero que me de todo lo que tenga que darme, toma mi mano, la cual no se ha movido de sus pecho desde que hemos empezado a besarnos y la coloca sobre su masculinidad, lo acaricio por encima de la ropa y el gime haciéndome sentir poderosa. –Debemos ir a una farmacia, susurra sobre mi boca con los ojos entrecerrados, se separa solo un poco y me lame el cuello ¡quiero gritar! Su acción hace palpitar mi centro. Muerdo mis labios para no hacer escándalo, no sé cómo podre soportar esperar hasta la casa o el hotel. Comienza a manejar rápidamente, al llegar a la farmacia  nos bajamos como dos adolescentes, besándonos sin decoro. –Una caja de condones. –Pide él. –Lo siento, no tenemos. – Dice el chico que nos atiende. – ¿Cómo es posible que una farmacia, no tengan condones?– Se queja, Jamie, muy molesto al farmaceuta, no me ha soltado en ningún momento, tengo su brazo en mi cintura de forma posesiva. –Lo siento mucho amigo mío. – –Yo me rio con disimulo, – ¿De qué te ríes? ¡La otra farmacia queda a más de veinte minutos de aquí!– Me explica frustrado. –Soy estéril, ¿recuerdas?– Le cuento. –Nunca cojo sin condón. – Me explica. –Yo nunca cojo. – Le soy sincera. – ¿Desde qué te separaste, no has tenido sexo?–Pregunta sorprendido mientras vamos caminando hacia el auto, y yo solo niego con algo de pena. Me toma de la cintura, colocándome frente a él contra el auto, parece algo desesperado, comienza a saquear mi boca, encendiéndome como nunca lo he estado en mi vida. Estoy loca, quisiera, me levantara el vestido y se hundiera dentro de mí de una vez por todas, parece un maldito microondas, me tiene totalmente caliente y no termina de enfriarme, estoy al borde del orgasmo, hace rato. –Estoy loco por estar dentro de ti. – Susurra ronco mordiendo con suavidad mi oreja. –Yo también, te deseo. – murmuro, mientras aprieto las piernas tratando de calmar las ganas. – ¿Quieres ir a un hotel o a tu casa?– Me pregunta, atacando de nuevo mi cuello, me está marcando toda, lo sé y no me importa ni un poco, estoy temblando entre sus brazos, se presiona a mi cuerpo. Su potente masculinidad, sigue erecta, desde hace mucho rato – ¿No te duele?– Pregunto tocándolo por encima de la ropa. –Jefa, te necesito. – Me responde con los ojos entrecerrados, parece que mi toque también le encanta, a mi me vuelve loca el hecho de que me llame jefa en este momento tan intimo para los dos. – ¿Por qué, no has tenido sexo con otros?–Indaga. –No quiero hablar de eso.– Le explico, y es que me da vergüenza admitir que tengo miedo, al rechazo, a que me vean con asco, a no disfrutar, ya que nunca lo disfrute, solo Jamie, ha despertado en mi cuerpo el deseo. – ¿Todavía amas al estúpido de Mauro?– Me pregunta frunciendo el ceño, sé que el tema le molesta. – ¿Estás loco?, dejarlo fue la mejor decisión que he tomado en toda mi vida. – Le digo devolviéndole el beso, no quiero seguir hablando quiero que me folle duro de una vez por todas Me aprieta las nalgas y eso me encanta – ¿Te gustan?– Susurro besando su cuello– Me encanta tu olor– Agrego aspirando lo que puedo su cuello. –Me encantan, quiero derramarme en ellos y ver como se ven. – Me dice con morbo y la mirada lujuriosa, su confesión hace que me moje aun mas, si esto es posible, tengo la tanga empapada de fluidos él me fascina, si soy sincera me vuelve loca. –Vamos a follar en mi casa, toda la noche. – Le digo tomándolo de la mano para que entremos al auto de una vez por todas. Enciende el auto con dirección a mi Penthouse, mientras una de sus manos se pasea, juguetona por mis piernas, colaboro subiendo el vestido, de forma que pueda acceder a mi centro. Me empieza a tocar, mientras maneja, no sé cómo logra concentrase, me tengo que agarrar de algo, sujeto la cartera con fuerzas, aguantando las ganas que tengo de orinar –O Dios, no puedo, para.– Suplico y el continua como si nada, volteo los ojos y arqueo mi espalda a causa del placer. –Te necesito, dentro de mí. – Suplico, abriendo lo mas que puedo las piernas, para facilitarle el trabajo, tiene magia en las manos. El continua manejando, lento ya que pierde la concentración de lo que hace, orilla el auto rompe la delicada tanga, y me penetra con dos dedos, en forma de garfio, no sé donde llega, pero me enloquece, conoce mi cuerpo, mejor que yo misma. –Dios miooo– Chillo al sentir un potente orgasmo atravesar mi cuerpo, él si sabe lo que hace. –Eso estuvo increíble.– Le digo, me quedo como una idiota viendo como se lleva la mano a la boca saboreando uno a uno sus dedos, eso es lo mas erótico, que he visto a alguien hacer en mi vida. – ¿No te asquea, lamer eso?–Le pregunto asombrada. –Estás loca, muero por comerte entera, he fantaseado mucho con eso. – Me dice mordiendo su labio inferior, eso hace que me caliente de inmediato, yo también he soñado con eso, pero jamás lo experimente, a mi ex l e asqueaba el sexo oral, y siempre me dejaba con ganas de mas, ya hoy he tenido un orgasmo y eso que solo me ha tocado, me pregunto cómo será en la cama Jamie, fantaseo mucho con eso, ¿Se moverá suave? O ¿será rudo?...De ambas forma creo que llegaría pienso con sus manos aun acariciándome. – ¿No te gusta el sexo oral?– Cuestiona asombrado. –No lo sé. – Respondo con timidez. – ¿Nunca has tenido sexo oral?– Continua indagando, me siento tan mojigata negando también esto, sin atreverme a decirlo en voz alta. –Nena, te voy a dar tanto placer esta noche, que nadie va a poder borrar los recuerdos que dejaré tatuados en tu piel. – Promete besando una de mis manos. Llegamos con rapidez a mi apartamento, subimos por mi ascensor privado, apenas se cierra, nos besarnos, me toma de las nalgas y subo sobre él, parezco un mono y no me importa, la puerta se abre en mi apartamento, le quito la corbata, se sienta en el sofá, sigo sobre él, libera mi senos adoloridos y erectos a causa del deseo, me continua besando como si no hubiera mañana. Estoy goteando a causa del deseo, respiro agitada, ambos lo hacemos. Nos besamos en la boca de forma descoordinada, chocamos los dientes y nos reímos, es tan irreal lo que nos sucede. Baja un poco y toma mis senos en su boca, yo jadeo del placer, me tiene loca, si me dicen hace tres meses que había alguna posibilidad que esto pasara entre nosotros me hubiese reído en su cara. Y es que Jamie es una caja de sorpresas– Succiona como un bebe, y solo puedo pensar en si todo su m*****o entrará en mí. Me baja el vestido, besándome todo el cuerpo, me desespera. Me detalla el cuerpo, mirándome toda haciéndome sentir apenada–Eres preciosa– Murmura, y  yo no me lo creo. Llega a mis pies, y quita mis zapatos, los besa a ambos, más me habían besado los pies… jamás me habían besado así… Besa mis tobillos, y sigue acariciándome en forma circular, las piernas mientras asciende lentamente llenándome de besos y lamidas. Llega a mi centro y lame el clítoris con suavidad –Deliciosa. – Murmura ronco, mientras trato de contenerme…No puedo seguir así, por lo que lo detengo halando un poco su suave cabello. –Me da pena decírtelo, pero también me gustaría probarte. – Le propongo un trato equitativo en la cama. – ¿Estas bromeando?– Pregunta, mientras me levanto, para desnudarlo también. –No– Respondo, mientras las piernas me tiemblan un poco, no sé si puedan sostenerme. – ¿Por qué?– Pregunta –Porque, también fantaseo con eso. – Le respondo soltando el cinturón de su pantalón, quiero hacer muchas cosas, quiero muchas posiciones, no sé cuanto aguante él, pero creo que no me dejara con las ganas –Eso no es ningún problema para mí, – Me dice tomándome por la cintura  besándome el cuello –Que ricoooo. – Murmuro, mientras le arranco la ropa literalmente, tomo la camisa y halo con fuerza, los botones caen en todas direcciones al fin puedo tocar su six pack, paso mi lengua por su cuello y puedo ver su piel erizada, trata de contener sus gemidos apretando, la mandíbula pero siempre se le escapan, eso me hace sentir poderosa y deseada. – ¿Cómo lo hago?– Pregunto – ¿No me tienes asco?– Me pregunta con las mejillas coloradas, este hombre hace pecar hasta una santa. –No. – Le digo arrodillándome entre sus piernas – No lo he hecho, nunca okey, si no te gusta me dices. –Le advierto. –Solo no se te ocurra, morderme.– Me dice con voz quebrada. –Bien. –Le digo mientras suelto el botón de su pantalón, respira agitado mientras yo bajo con lentitud, el cierre, bajo un poco el bóxer, y saco el impresionante m*****o de mi asistente, está caliente y durísimo. Saco la punta de mi lengua y comienzo a recorrer con lentitud de la base hasta la punta… –Que rico. – Susurra, en su cara se muestra mucho placer, nunca lo Había visto así, voy lamiendo descubriendo su sabor es delicioso un poco es suave y aterciopelado, me quedo viéndolo como una idiota, parece que lo estoy haciendo bien Lo envuelvo con mis labios, y succiono un poco, comienzo a meterlo y sacarlo un poco de mi boca, es tan grande, me ayudo con las manos es tan grueso… ¿me dolerá? Me pregunto. – ¿Te gusta?– Le pregunto, curiosa. –Es la mejor, mamada que me han hecho en mi puta vida. – Me dice haciendo que mi ego se vaya a las nubes, lo envuelvo con mi lengua, y comienzo a meterlo dentro y fuera  de mi boca, este hombre es un semental, solo logro hacer entrar la mitad de su m*****o erecto. –Asiii– Gime, haciéndome estremecer, quiero hacerlo gemir mas… Toma mi cabello como una coleta, y comienza a follarme la boca con cuidado mientras sisea del placer –Jefa, no tienes ideas cuanto fantasee, con tenerte así. – Jadea entrando lo más que puede dentro de mi boca, haciéndome lagrimear cuando impacta en mi garganta, me es difícil respirar, la humedad de mi centro corre por mis piernas. Su cara de placer me tiene al borde del orgasmo, se detiene abruptamente, y sale de mí boca. – ¿Que sucede?– Pregunto descolocada. –Jefa, sueño entrar dentro de ti. – Confiesa levantándome y viéndome directo a los ojos yo me pierdo en su mirada, me encanta su mirada y sus pestañas tupidas, me dan envidia. Nos besamos presos del deseo, estoy tan caliente respiro agitada ante la expectativa. Me acuesta en la posición del misionero en el sofá ¿Es en serio?– Me pregunto internamente algo decepcionada, hasta que toma mis piernas y las coloca en sus hombros, me rio un poco, por la posición adoptada y el permanece serio viéndome fijamente a los ojos con los labios entreabiertos. Pasa su m*****o entre mis labios vaginales empapados, levanto mi pelvis esperando que entre en mi de una vez por todas, se mueve como imitando la penetración y solo pasa una y otra vez por mi encima de mi clítoris frotándolo –Por favor, mételo ya. – Suplico llorosa al borde del orgasmo, demasiados juegos previos para mi, quiero que me folle duro, y nada… –Casillas, mételo de una vez. – Ordeno molesta, él sonríe abraza mis piernas y entra en mi de una sola embestida. –O Dios mío. – Suelto casi sin habla, boqueo como un pez, me quito la respiración, me duele un poco, pero entra fácil gracias a toda la humedad que estoy emanando es demasiado grande grueso y duro siento que me parte en dos. Recibo gustosa lo que me da, mientras lo acaricio o lo rasguño, no lo sé, lo toco todo lo que puedo su piel dorada, contrasta con la mía, muchísimo más pálida – ¿Te gusta?– Pregunta y yo casi no puedo hablar, me duele pero me gusta, nuestros gemidos invaden el lugar… – ¿Lo saco?– Pregunta a ver que no respondo. –¡Te mato!. –Gruño, y él se carcajea en mi cara mientras comienza a entrar y salir con rudeza, mis tetas rebotan ante sus embistes, se escuchan sonidos de nuestras pelvis al chocar. Siento muchas cosas a la vez; lujuria, placer, deseo y morbo al ver como se hunde dentro de mí. –Estas apretada. – Dice con dificultad. –Lo siento. – Suelto sin comprender, sujetando con fuerza una almohada, Soportando y disfrutando sus embestidas... –Jefa tienes  el coño más rico que me he comido, quiero cogerte toda la noche sin parar.– Confiesa con dificultad, mi centro palpita furioso sobre su m*****o y me voy escandalosamente mojando todo el sofá, ahora todo huele a sexo. Estoy perdida todavía en el orgasmo, cuando se levanta sale de mí, me toma por la cintura volteándome como si no pesara nada. Me hace adoptar la posición del perrito y entra en mí otra vez, por un momento creí, que iba a tener mi primer anal y tuve miedo. –Tan estrecha. – Balbucea ronco, entra y sale de mi sin ritmo, mientras me toquetea todo, ocasionándome mas placer. En esta posición, siento que llega más profundo aun, el sexo es alucinante. Acaricia mi trasero,  mientras sisea–Mejor de lo que soñé.– Definitivamente no soy frígida, Mauro es un p**o pequeño y un mala cama, sonrió al saber que no estoy defectuosa como siempre me hizo creer, estoy disfrutando del sexo, jamás lo había hecho. En esta posición entra muy profundo, haciéndome enloquecer, me aprieta las tetas, las  nalgas, y encima frota mi clítoris ¡parece un pulpo! Entra y sale de mí, a un ritmo rápido y desordenado, aunque me gusta la posición, me frustra no poder meterle mano, también. –Casillas, me gusta así. – Lloriqueo sintiéndome presa de todas las sensaciones que provoca dentro de mí. No solo es buena cama, también es buena persona, soporta todas mis locuras y creo que me estoy enamorando perdidamente de este hombre. –No tienes idea, cuento soñé estar así, enterrado hasta el fondo en ti.– Cuenta con la voz entrecortada, haciéndome estremecer  con esa palabras, sin parar sus embestidas su  m*****o duro; grande y grueso sigue golpeando mi útero a un ritmo frenético. Me nalguea, sorprendiéndome comenzó tan dulce y tierno besándome los pies y ahora me nalguea, lo peor es que no cambiaría nada de lo que me hizo y la forma en que me domino en la cama. Un orgasmo se construye  en mis entrañas, mi sexo comienza a palpitar, unas lagrimas se me escapan, mientras terminamos a la vez, siento como se derrama profundamente dentro de mí, su gruñidos y jadeos me ponen a mil, nuestro fluidos salen de mi mezclados, saca su m*****o me mancha las nalgas con su semen caliente, la esparce con sus manos, apretando mis nalgas en el proceso. > ruego en silencio, sin tener la certeza de que Dios hará. Me voltea  me besa, su mano esta mojada con sus fluidos, la pasa por mis labios, la  tomo entre las mías saco mi lengua y lamo uno a uno sus dedos mojados, viéndolo directo a los ojos – deliciosos. – Suspiro, una sonrisa lobuna se forma de inmediato en su cara. Bajo mi vista, y me parece increíble, el acaba de tener un orgasmo y su pene sigue erecto– ¿Cómo es posible?– Pregunto asombrada. –Te prometí, que te follaría toda la noche pienso cumplirlo. – Susurra mientras ataca nuevamente mi boca, con besos calientes, pierdo el sentido, me dejo llevar; por el deseo, la pasión y la lujuria. No quiero que la noche termine… Pasamos prácticamente toda la noche, experimentando posiciones diferentes, me duermo en el calor de sus brazos con una sonrisa satisfecha y un dolorcito en la entrepierna que me tiene alucinada, al despertar estiro mi mano para alcanzarlo, abro mis ojos no está, la cama esta fría y vacía. No sé porque me siento tan mal, el trato era una noche…Después de esto, todo sigue igual, lo cierto es que logro su cometido, jamás podre borrar su recuerdo de mi piel.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD