FLORES SECAS

1503 Words
Cristina Fernández Cristina Fernández Casillas y yo simulamos estar comprometidos, nos tomamos fotos juntos, salimos y hasta debo confesar nos divertimos. Esto es peligroso para mí, estoy descubriendo su verdadero yo, debajo de capas de timidez, lo peor de todo es que él es, todo lo que soñé en un hombre y  mas; Cariñoso, generoso, respetuoso, bello, dulce, tierno un padre genial. Estoy en la oficina y llega una caja de regalo a mi nombre, entro con una amplia sonrisa en los labios dentro de mi oficina, ¿Sera de él? Lo veo sacando una copias concentrado, solo estamos el y yo, legalmente no tenemos nada, pero me emociona, me siento como una niña en este momento, tal vez sea estúpido, pero ni con litros de café puedo detener las mariposas en mi estomago, cuando estoy cerca de Jamie todo mi mundo cambia… Suspiro profundamente y quito el lazo rojo que envuelve la caja, es blanca y elegante…Parece conocer mis gustos perfectamente, la caja está llena de pétalos secos, hay una nota dentro la tomo y la abro “esto es lo que tú, te mereces estas tan seca como estos pétalos, jamás darás vida” Dejo la caja sobre el escritorio y no puedo evitar que una lagrima se escape de mis ojos, Casillas llega a mi lado sin que me dé cuenta, me quita la nota de las manos, mientras yo me quedo viendo a la nada, me abraza con ternura propia de él en ese momento entra Mauro. –Deberías, respetar tu lugar de trabajo.– Me dice con asco. –¿Qué demonios haces aquí?.– Estoy que me lleva, la que me trajo. –Vengo a avisarte, que ya formo parte de este prestigioso bufete de abogados y haré lo que esté en mis manos para sacarte de aquí.– –¿Terminaste?.– Le pregunto rodando los ojos. –Era exacto lo que te quería decir.–Dice paseándose por la oficina como dueño y señor. –Entonces ya te puedes ir, cierra antes de salir.–Le ordeno molesta –Busca a donde irte, porque no te quiero aquí.– Me dice, con soberbia. –¿Porque no te vas al diablo?.– Le pregunta Jamie midiéndose con él –Amor no te rebaje, él no vale la pena.– Le digo a Casillas –La que no vale la pena eres tú, inútil. – Me dice viéndome con odio. –Te recuerdo que estoy acá, por merito propio, no como tú que enamoraste a una incauta.–Me burlo de él. –Ella es mucho mas mujer que tú.– Dice con la intención de herirme, nada de lo que venga de él me lastimará nunca más. –Me resbala tu opinión, sal de inmediato de mi oficina.– Le digo con calma, abrazándo a Jamie. –Te vas a arrepentir de haber nacido.– Amenaza –De lo único que me arrepiento es de haber coincidido, contigo en este mundo, sal de una maldita vez de mi oficina.– Le despacho. –Te sacare de aquí, así sea lo último que haga.– Advierte, antes de irse, cerrando de un portazo –No sé qué diablos le pasa, nos divorciamos, cada quien agarro su rumbo, ahora está en otra relación, me anda acosando de forma constante.– Le digo abrazada como una garrapata a mi novio falso mientras él me trata de calmar con caricias en la espalda, quisiera no separarme jamás de él. Aspiro su olor, me calmo y tiemblo en sus brazos. –Te gustaría, ir el viernes por allí.– Me dice con las mejillas coloradas, sé lo que me está pidiendo, pero ese día estoy comprometida con la fiesta de la fundación. –El viernes ya tengo un compromiso ineludible.– Le digo y el cambia de expresión, soltándome. –Tal vez deberíamos, mantener un poco la distancia, podemos llegar a confundir esto y no lo deseamos.– Me dice haciendo una barrera invisible entre él y yo. Lo miro a los ojos fijamente y él me mantiene la mirada de forma retadora –Entiendo, perfectamente.–Susurro como si no me importara, mi corazón late agitado y me siento triste, con cara de póker trato de demostrar lo contrario. –El sábado cerramos nuestro trato. – Dice tomándome por la cintura –Bien, le digo yo iniciando un beso que nos deja sin respiración –Esto no es nada.– Dice con la voz entrecortada y agitado –Gimo como respuesta, me siento incapaz de pronunciar una solo palabras, mi centro palpita de forma furiosa, la sensación dolorosa se instala en mi vientre, mojo mis panties y siento la presión en mi centro de su potente masculinidad. –No tiene importancia.–Susurro ronca y deseosa de mas –Sigo  encima y me lo como a besos aparto mi cabello hacia un lado y él aprovecha para devorar mi cuello. Estoy temblando y gimiendo entre sus brazos y comienzo a balancearme sobre su sexo ambos estamos cubiertos, pero la fricción de nuestro sexos nos hace temblar… –Si, así.–Dice apretando la mandíbula comienza a chupar y sé que me está marcando, pero no puedo detenerlo. Su teléfono comienza a sonar, ambos lo ignoramos, pero continúa sonando sin descanso, rompiendo un poco nuestra burbuja –Debes responder.– Digo sin ánimos –Entiendo.– Me responde tratando de recomponerse, pone el altavoz frustrado, permanezco sobre él, tratando de calmarme –Dime, madre.– –Me chocaron.–Informa Elena –¿Estás bien?.– Pregunta inmediatamente Jamie –Sí, pero el carro se lo llevo una grúa, debes recoger a las niñas.– Dice mi “suegra” Elena. –Gracias por, avisarme.– Le dice él, me rio de mi loca situación. –¿Cris, estas allí?.– –Si.– Le digo con pena. –¿Quieres venir a cenar?.– Pregunta ella –Me encantaría.– Le respondo de inmediato y él me ve fijamente, como tratando de descifrarme. Su mirada fija en mis ojos, me tiene nerviosa ¿acaso no se da cuenta del efecto que tiene su mirada en mi? –Ahora tu ex esta aquí, ¿Qué sentido tiene, seguir con todo el teatro?.– Me pregunta con toda lógica, quedo fría con esa pregunta. –Por favor, Ayúdame ahora, después se me ocurrirá algo–Le digo desesperada tomando su rostro entre mis manos. –Estás viviendo, solo para aparentar que tienes una relación perfecta, ¿Te imaginas una relación real entre nosotros, tu gritándome, yo molesto un caos total. Ese comentario me deja completamente fría, me doy cuenta que  me estoy comportando con él como mi ex conmigo. –No fue mi intención hacerte sentir así.– Me disculpo levantándome de sus piernas… –Jefa creo, que es estamos jugando con fuego.– Me dice él, tomándome desde atrás, haciéndome sentir su aun notoria erección –Ahh.– Gimo al sentirlo, quiero saber que se siente, tener dentro de mí, semejante trozo de carne. Levanto mi trasero, para sentirlo aun mas–No me preguntes nada, que yo no sé nada.– Suelto y el se carcajea a mi espalda haciéndome erizar hasta la última célula de mi ser. Pasea, sus manos grandes por mis piernas en suaves caricias, me levanta la falda exponiendo mi trasero –Que belleza.–Dice él, con voz entrecortada –No te burles, detesto mi trasero tan grande.– –Estás loca, es mi parte favorita de tu cuerpo.– Me dice sorprendiéndome. –Estamos a mano, tienes los ojos, más hermosos que he visto en mi vida y tú los ocultas.– –Su mano, me acaricia sobre la panti de encaje, haciéndome vibrar, estoy empapada y llena de vergüenza, me besa el cuello y la oreja –O por Dios.– suelto cuando hace presión al clítoris Muerdo mis labios para no gemir y que se den cuenta en el resto del edificio de lo que estamos haciendo. –No puedo.– chillo en voz baja cuando estoy al borde del orgasmo, él me ignora por completo y comienza a hacer movimientos circulares con los dedos, aparta la pequeña prenda toca al fin mi intimidad sin la barrera de tela por medio –Así.– estoy lloriqueando, deseo que se entierre en lo más profundo de mí ser. –Casillas, mételo.– Suplico –Nena no, es el lugar.– Suelta ronco, no sé cómo carajos puede contenerse yo lo necesito ya. Introduce dos dedos dentro de mí y yo volteo los ojos a causa del placer,  tengo que sostener del escritorio, cuando por primera vez en mi vida, siento lo que es un orgasmo en manos de otra persona. Eso me sorprende ya que, siempre Mauro me hizo creer que nunca lo alcanzaría, que era defectuosa. –Besa mi cuello, y recompone mi ropa, mientras yo sigo perdida en el placer que me otorgo, definitivamente Casillas hace magia con sus dedos…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD