Capítulo 6 La agenda de reuniones del equipo siempre era un compromiso delicado en el estudio. El “talento”, los Soñadores, fueron necesariamente gente nocturna. Aunque no estuviesen trabajando en una noche en particular, intentaban mantener el horario nocturno, trabajando durante cierta parte del día y de la noche dejando el resto para su cuerpo y mente. Los Soñadores tenían que ser mimados. Sobre sus espalda recaía todo el peso de la compañía. El personal administrativo, por otro lado, prefería las horas normales de trabajo de ocho a cinco. Los quehaceres del día a día en un negocio tenían que estar a la altura de otros negocios de la ciudad, o si no, no se podría hacer nada. Algo más complicado eran los escritores, que se encontraban en una zona aparte entre ambos. Los administradores