El carruaje con la santa a bordo llegó a la primera bifurcación y acompañaron a los cientos de visitantes de Nelsira que hacían la profesión para celebrar el día de la cosecha, todos ellos eran marcados en la entrada con lazos atados a sus muñecas y llevaban ropa con bordados de seda.
Sucedió durante muchos años que los turistas de Nelsira hacían el viaje y formaban parejas con pobladores de Esterna, la diferencia de lenguaje, cultura y tradiciones hacía que los emparejamientos fueran imposibles y para resolver ese problema se destinaron campos exclusivos para los visitantes del reino vecino.
A partir de ese día hubo menos parejas bendecidas y se llegó a la conclusión de que, al dios del verano, le divertía formar parejas que jamás serían felices.
Pese a eso, la tradición se mantenía y
