—Bree, ¿Puedes ir arriba a despertar a Max?
—Claro, Amanda, ya vuelvo
Respondo acomodando los cubiertos sobre la mesa, me alejo encaminándome hacia las escaleras, subo de dos en dos los escalones, sí algo tiene Max es el sueño demasiado pesado, es un oso cuando de dormir se trata, bueno, dice Amanda que solo sucede cuando está agotado, pero admito que me parece adorable cuando duerme, llego hasta la habitación y con cuidado abro la puerta, extendido sobre la cama, él, apenas cubierto con su ropa interior, las mantas se encuentran tiradas en el suelo, me acerco y no puedo evitar sonreír al notar que ha babeado sobre la almohada, cubro mi boca tratando de ahogar una risa, es un bebé.
Con cuidado, me pongo de rodillas sobre el colchón y comienzo a mover su hombro
—Max, bebé, es hora de
