Aidan. Unos meses después… Abro los ojos un segundo para después cerrarlos de nuevo con fuerza por causa de la luz del sol filtrándose por el acceso al balcón, gruño enojado pensando en quién pudo haber despejado dicho acceso de las cortinas que suelen taparlas; suspiro con fastidio abriendo lentamente los ojos para mirar mi habitación… o lo que creo que es mi… ¿dónde estoy? Me pregunto mentalmente al no reconocer esta habitación, entonces, antes de siquiera moverme siento movimiento a un lado de mi cuerpo, arrugo el entrecejo notando el cuerpo de una chica a mi lado, hago una mueca, claro, ya me acuerdo de todo. Pues levántate ya, moco, que si nos descubren con ella, tendremos doble entrenamiento. Dice Alan medio bufando, me encojo de hombros, tener doble entrenamiento es lo de menos,