Narrado por Ian No le creía. Ni un poco a Agatha. Pero lo que si sabía y aprendí a leer en mis años de carrera era cuando una persona mentía. No es que ese día en el hospital no estuviese usando su esquizofrenia como una excusa para espantarme, es que la pobre Agatha creía que tener el poder de adivinar el futuro con sueños. Dude en ese entonces de cómo reaccionar. Ella misma lo mencionó, pensaba que mi reacción era una broma, yo que la suya también. Pero esa actitud fingida de confianza, esos leves temblores, el rechazo al contacto social, ella de verdad creía que era cierto. Mi pobre Agatha, estaba tan sola. Necesitaba decirle lo que quería oír, y aunque fuese mentira, su reacción me lo dijo todo. Esa mujer estaba sola, perdidamente sola y me había salvado la vida. Yo le debía a ella