Las olas del mar van y vienen, el sol se encuentra a punto de echarse a dormir y las tonalidades rosas adornan el cielo. Es precioso y el niño pequeño lo sabe. Lleva un pantalón corto color azul claro y una camisa roja chillona, su cabello es dorado y sus ojos son azules. Pero el pequeño que está de la mano de su abuela y apenas ha aprendido a caminar por sus inestables pasos, quiere irse de allí. Su abuela toma su bastón y con pasos lentos camina de la arena al suelo de cemento. Espera pacientemente a que el semáforo le permita cruzar la carretera, se vuelve rojo, es su tiempo de pasar pero con rapidez un auto ignorando el rojo, vuelve roja la calle. … Abro los ojos pero permanezco en silencio. Es el primer sueño que tengo desde aquel con Ian. Tengo emociones que luchan entre sí acos