—Matilda—grité lo suficientemente alto para que me escuchara por encima del bullicio del club, era increíble como a pesar de haber un cadáver en pleno burdel todo seguía desarrollándose normalmente como si nada fuera de lo usual hubiera sucedido, aún así tuve que repetir el grito más de una vez hasta que finalmente apareció y se quedo pálida al ver el cuerpo que descansaba sin vida sobre la mesa. —¿E-e-ese es...—comenzó a tartamudear Matilda al reconocer el cuerpo y juró que pensé se echaría a llorar justo ahí, en cualquier otro momento me hubiera enfadado con la debilidad que estaba mostrando, pero por algún motivo hoy me conmivía de ver su vulnerabilidad. Eran ya demasiadas las emociones que había experimentado en un solo día, pero a pesar de todo eso la necesitaba lo suficientemente
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books