CHANTAL Había hecho la locura de enviarle fotografías porque me excitaba pensar que se podía tocar con una simple provocación mía. Admito que utilicé el dil**do después de enviarle a Zane la última foto. El juguete era una maravilla. ¡Ay, Chantal! Se supone que tendrías que estar lejos de él, y solo lo está provocando más. Esto se convertirá en un problemóm si alguien se llega a enterar. Me reprendí a mi misma. Había salido de la regadera hace más de media hora y me había puesto una blusa de tirantes, sin brasier por debajo, y short que dejaba al descubierto mis nalgas. Me había preparado mi té y estaba leyendo un libro cuando mi teléfono sonó. Tomé mi teléfono y vi que la pantalla estaba iluminada con el nombre de Zane. Mi corazón se saltó un latido. Dejé el libro sobre mi regazo y