CHANTAL La última hora en el trabajo fue una tortura porque me pasé buscando en los simuladores de los bancos el mejor préstamo para mí. Todos tenían un proceso de dos a tres meses por la cantidad de dinero que estaban solicitando. Aun así, en los requisitos iba a necesitar la ayuda de mi papá. Estaba jodi**da. Salí de la oficina decidida a relajarme ese día sin nada más que me abrumara. En realidad mis intentos eran en vano porque le seguía dando vueltas al asunto. Pensar de dónde iba a sacar tanto dinero sin depender de mi papá era todo un reto. Tenía un negocio en mente, pero llevar a cabo mis planes era cuestión de tiempo y eso era lo que Franco, su mamá, o quien fuera, me había quitado. Al final llegué a mi casa y lo primero que hice fue aventar mis zapatillas para ponerme cómoda.