CHANTAL No supe si Franco y la familia de Claudia me vieron en esa situación tan. . . Deliciosa, así lo llamo yo, con Zane. No había reporteros, ni cámaras grabándonos, no había nadie al rededor con la intención de hacerme daño o exponer esa parte mía que era natural en todos. En pocas palabras, me sentía a salvo con Zane, algo que en el fondo me daba miedo. No quería enfrentarme a otro episodio de decepción. Sin embargo, me dejé llevar. Estas malditas ganas me estaban jugando chueco y yo me quería dejar llevar. Tal vez una noche con él me mantendría quieta. Me salí del restaurante y Zane pagó la cuenta. A pesar de que le había insistido que yo pagaría mi parte, me insistió. — Sé que eres una mujer independiente y de eso no me cabe duda, pero déjame ser un caballero contigo —. Me