Haarón pareció haber visto a la mujer que alguna vez había amado, o, que, todavía, seguía amando. Se quedó paralizado, pero la imagen de Jessica, se había desvanecido, tan rápido, como la había divisado; no estaba seguro, pero debía confirmarlo. Salió corriendo a toda prisa, dejando a su hermosa esposa. Miró a Jessica, que caminaba junto a hombre, al cual no reconocía, pero no era Oliver. ¿Qué era lo que estaba sucediendo? Avanzó con firmeza y sostuvo por el brazo a aquella muchacha. Pero al verla de frente, se quedó aún más espantando, pues, esa chica, no era Jessica, era otra persona, que desde la lejanía y la perspectiva perfilada en que la había observado, le había dado la impresión de ser su ex. Sin embargo, estaba muy equivocado. —Disculpa, ¿tienes algún problema con mi esposa? —di