La alegría que me da pensar en mi amiga casi me hace olvidar los infames fideos, solo el recuerdo de la sugerencia de conseguir un Sugar Dady me hace reír. Decido mejorar el chiste, ya que soy demasiado vieja para eso. Con la cabeza llena de ideas locas que piden ser mostradas a algún par de ojos, presiono enviar un nuevo correo electrónico y escribo el título:
Vacante de asistente personal
Esta vez no adjunto mi currículum, pero, decidido a pagarle a mi amiga aunque sea con unas pocas sonrisas, escribo todos mis datos y las cosas más absurdas que se me ocurren en el cuerpo del email:
Malena Salvador Benedetti
italiana - soltera - 22 años
Rua Juvêncio Mariápolis, número 87, atrás, Paraisópolis, Italia – SP
22 987655666 /
MalenasalBenedetti@gipsymail.com
OBJETIVO:
Ocupar el puesto de asistente personal atendiendo TODOS los deseos personales de mi empleador.
FORMACIÓN ACADÉMICA:
2015 – Curso básico de computación
2016 - Escuela Secundaria - Escuela
Estado Marianela Belice
2014 a la fecha – Amplia formación en el arte del placer adquirida en novelas bancarias y en literatura consumida gratuitamente en internet.
EXPERIENCIAS PROFESIONALES:
Ninguno en el área mencionado, pero estoy más que dispuesto a aprender cómo cumplir todos los deseos de mi empleador exactamente como él me enseña. Soy muy rápida para aprender cosas nuevas, y ser probada en ellas es algo que me emociona mucho.
DETALLES IMPORTANTES:
- Pelo largo, ideal para tirar.
- Piel clara, excelente para recibir leves marcas de azotes.
- El mejor beso de la ciudad
- Mejor mamada en el estado
- Virgen, lista para un cambio .
La última frase me sorprende y me hace reír al mismo tiempo. Miro las yemas de mis dedos, casi sin poder creer que realmente lo escribí.
La pantalla de la computadora me regañaría si pudiera, y mientras me río, otra idea toma forma en mi mente. Bueno, si se supone que es absurdo, tengamos razón, ¿no? Riendo, en el espacio debajo del mío
currículum, transfiero las palabras que me vienen a la cabeza a la computadora:
ACUERDO DE PLACER
Este instrumento pretende suscribir un contrato de trabajo entre los contratados y las partes contratantes. Su único objetivo es asegurar el compromiso del contratista con su tarea. De modo que, como consecuencia, también se garantiza la satisfacción del contratista.
De esta forma, el Contratista se compromete a esforzarse por cumplir con todas las tareas que le sean asignadas.
solicitado y aprender y practicar lo que se le enseñe.
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firma del contratista
La risa vuelve a apoderarse de mí con todo y solo vuelvo en mí cuando escucho pasos en el pasillo, viene mi vecino. Rápidamente escribo el destinatario del correo electrónico:
jpgov.pessoal@gipsymail.com
Miro la dirección, confirmo que es lo que ya me sé de memoria y hago clic en enviar, lamentando sólo el hecho de que me quedaré sin internet y, si Joana me envía un mensaje, no podremos reírnos juntas de mi idiotez.
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LA MANECILLA DEL RELOJ me ofende mientras sigue girando, como si no importara que es viernes por la noche y todavía estoy en la oficina, en un escritorio lleno de papeles, con la bandeja de entrada llena y la mínima perspectiva de lo que tiempo me iré de aquí. Afuera, Italia se ilumina y la famosa jungla de piedra se convierte en un gran espectáculo de luces y movimiento.
Giro en mi silla, deslizo mis piernas fuera de la mesa, y no sé si soy yo disfrutando de la vista de la ciudad, cuarenta y dos pisos debajo de mí a través de las ventanas del piso al techo, o si me está tragando como me alejo, me disuelvo en pensamientos y cansancio. Hace seis meses, a esta hora, estaría de camino a casa para prepararme para una noche respetable, o ya estaría en una. Es curioso cómo una decisión lo cambia todo. ¡Maldita sea, yo solía ser el tipo divertido en el volante! ¡YO! Ahora, solo soy el gruñón, el que siempre está trabajando o hablando de trabajo.
Con un suspiro, mis ojos se alejan de las ventanas y miro fijamente el espacio en el que estoy. La gran oficina, con pisos y paredes de mármol oscuro, está rodeada de vidrio, excepto la pared frente a mí, la que me separa del resto de la firma, para que nadie pueda ver lo que sucede dentro.
Obras de arte, muebles diseñados por grandes nombres, un bar con las bebidas más caras que el dinero puede comprar y, por supuesto, la guinda del pastel, una pieza de diseño que muestra todos los productos actuales del grupo editorial Conti: revistas, periódicos, folletería. , todo lo que trabajamos aquí para producirlo y distribuirlo en el extranjero. Durante tanto tiempo, estar en esta habitación fue mi objetivo, y ahora aquí estoy, mirándola, cuestionándome a mí mismo.
No tengo dudas de que vale la pena, pero definitivamente esperaba que fuera diferente. Quiero decir, tenía un padre presente, entonces, ¿por qué diablos no he podido estar presente en mi propia vida? Eran otros tiempos... El tiempo valía y duraba más que hoy ... Aun así, esta constatación solo me trae de nuevo a la mente la pregunta que me vengo haciendo con frecuencia desde hace al menos dos meses: ¿qué estoy haciendo? ¿equivocado? Porque definitivamente algo no está bien...
Resignado, niego con la cabeza, alejando los pensamientos de mí y decidiendo volver al trabajo. Mientras bajo mis ojos a las hojas de cálculo en la pantalla de la computadora, un pequeño temblor golpea el escritorio y el zumbido de la vibración hace eco a través de la oficina. Cuando miro la pantalla de mi teléfono celular, veo una nueva notificación por correo electrónico y la ignoro. Norma lo solucionará, y después de que responda a todos los que ya están en la bandeja de entrada, en algún momento, me pondré en contacto con él.
Es el sutil timbre del teléfono de escritorio y la luz roja parpadeante, indicativa de que es una llamada de mi secretaria, lo que me saca de mis pensamientos.
− ¿Todavía necesitará algo hoy, señor Conti?
- ¡No, Norma! ¡Está bien por hoy! Que tengas un buen fin de semana.
- ¡Está bien, hijo mío! Le pedí a Fazzano's que te trajera la cena a las 9:00 p. m. -Todo en la oración me hace sonreír. Desde el vocativo casual, ahora que oficialmente terminó su horario de oficina, hasta el cuidado en ordenar mi cena antes de irme, aunque no se lo pedí, nunca me deja hasta que está segura de que voy a comer bien. , como si todavía tuviera diez años y no pudiera cuidar de mí mismo.