Madison estaba sorprendida al ver la sorpresa que Milo le tenía, el lugar estaba decorado con velas y pétalos de flores, en una pequeña mesa había una botella de champán y dos copas, también un pequeño cuenco con chocolate y fresas. —Pero, pero, ¿Cuándo? ¿Cómo? — preguntó sorprendida, jamás se hubiera imaginado estar ahí, ni en sus más locos sueños y menos de la forma tan hermosa como en ese momento. —Te puedo asegurar que recuerdo cada una de las cosas que hemos hablado cariño, y si puedo hacer cada uno de tus sueños realidad y mejor aún mejorados, lo voy hacer. — dijo tomándola de la cintura y besándola apasionadamente. —Esto es demasiado — dijo separándose un poco de él, aunque no fue mucho porque Milo no tenía intenciones de soltarla, ni menos que se separa de él, por lo que con