Después de una hora y media, William había llegado junto a Aurora a la hacienda, tomó su maleta y la guió hasta dentro. —William realmente es increíble, me gusta este lugar, tu hermana tenía razón— Decía Aurora maravillada. —Me alegra que te guste, el único detalle es que tendrás que estar conmigo en la misma habitación, las que están disponibles la están remodelando— Le confesó. —¡Está bien!— Fue la respuesta incómoda de Aurora. William llevó a Aurora hasta la que sería la habitación de ambos por unos días, después fueron hacia el área de las caballerizas, allí estaban los demás. —Me gustan los caballos, aunque solo se viste porque no se montar— Decía Aurora cuando se percató del lugar. —¿Te gustaría aprender?— Preguntó con una leve sonrisa. —Me encantaría aprender, aunque confieso