CAPÍTULO DIECISIETE Caitlin estaba junto a Caleb al pie del Monte de los Olivos mientras su corazón se le rompía en pedazos. Acababa de terminar su entrenamiento y sabía que era el momento de decirle adiós a Caleb. Tenían que separarse; no había forma de evitarlo. Aiden le había dejado claro que la necesitaban y que debía buscar a su padre, y que era necesario que Caleb se quedara allí para defender la cofradía con Aiden. No había nada que Caitlin quisiera menos que separarse de él. Quería que fuera con ella, sobre todo ahora, en el tramo final de la búsqueda de su padre y de su hija. Ella detestaba su destino. ¿Por qué no podían estar juntos y vivir sus vidas en paz? ¿Por qué estaban siempre destinados a apartarse? Mientras miraba a Caleb en los ojos, supo de que no había nada que él q