Olivia Grey: En un instante, me tenía inmovilizada debajo de él en el espacioso asiento trasero, juntando mis muñecas en una mano y sujetándolas por encima de mi cabeza. —No vas a volver a ese trabajo, Olivia —su cabeza bajó hasta mi cuello, donde me mordisqueó la piel sensible y suave, y mis caderas se dispararon hacia arriba, frotándose contra él. —S-sí, lo hare", tartamudeé, maldiciéndome por mostrar debilidad. —No, no lo harás. Te lo prohíbo —gruñó, y yo puse los ojos en blanco. —Xavier. Necesito este trabajo para cuidarme. Tengo que pagar el alquiler y las facturas a final de mes —mis ojos se pusieron en blanco cuando su bulto se frotó contra mi clítoris a través de mi tanga. —Me encargaré de tus facturas y del alquiler. No quiero que vuelvas allí —me miró a los ojos, con el ros