Narrador Omnisciente: —Ellos han llegado, mi señora— hablaba en voz eficiente y en fluido y natural francés aquella mujer que cumplía el papel de ama de llaves de aquella enorme mansión parisina. La elegante y hermosa mujer rubia, detuvo su taza de café a medio camino. Todo su cuerpo se lleno de tensión, mientras sus ojos se dirigían a la mujer de mediana edad que solo cumplía con las órdenes que le fueron dictadas. —Entiendo— expresó aparentemente tranquila la rubia francesa volviendo a colocar la fina taza en la mesa e inhalando profundo para llenar sus pulmones de aire — Llegaron antes de lo pensando, pero ¿Qué podemos hacer? Hay que ir sobre la marcha — comentó ella de manera distraída— Ahora, por favor, ve e infórmale de esto a mi hijo, estaba ansioso por la llegada de sus hermano